viernes, 4 de marzo de 2011

Vuelve la esclavitud...?

Pues parece que sí, que ya es algo que empieza a olerse en el ambiente. Ante todo, perdonen mis seguidores y seguidoras, que haya alargado tanto en el tiempo la publicación de un nuevo post. Temas de los que hablar y criticar en materia de Política y Gestión Pública ha habido muchos en estos dos meses de forzado silencio, pero al fin llegué. No se asusten, que no nadie me ha amenazado con liquidarme si seguía criticando "inorportunamente". No es el caso, al menos por ahora disfruto plenamente del ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión.


Tal vez les intrigue un poquito el hecho de que haya titulado el post de esa manera, con referencias al concepto de esclavitud, y mucho más en los comienzos del tercer milenio. Poco a poco iré acercándome a la explicación del título de este post. Empezaré con un recorte de prensa que tengo sobre mi mesa desde hace al menos 3 semanas. Se titula "La vicepresidenta vuelve a negarse a que la entrega del piso salde la deuda hipotecaria", y se refiere, para quien no lo recuerde o no lo sepa, a la vicepresidenta del Gobierno central,Elena Salgado. Nos dice que esa medida perjudicaría al sector financiero...

De entrada, la justificación aportada no es muy afortunada, al menos para los que seguimos los medios de comunicación con cierta regularidad. Bueno,me dirán algunos, es lo que realmente piensa, ha sido sincera. Otros me dirán que además lo dice, aunque no le guste, para calmar a "los mercados financieros globales", el auténtico poder en los tiempos actuales, en este mundo globalizado neoliberal. Pero desde luego, lo que pocos pueden negarme es que poco tiene de socialista esa opinión. Ay si Pablo Iglesias levantara la cabeza...!!! Cogería una escoba de hierro y comenzaría a barrer y a barrer y a barrer. La verdad es que lo de la escoba es poco original, lo reconozco, pero es que difícilmente puedes representar visualmente nada mejor para describir lo que siento cuando oigo esas expresiones, y sobre todo cuando no oigo (al menos no lo han incluido los periodistas en el artículo de prena) nada relacionado con los sufrimientos de la gente que les vota o que no les vota, con el ciudadano/a de a pie, y sobre todo del que tiene una hipoteca, se encuentra en el paro y no puede pagar su deuda aunque lo desee con todas sus fuerzas.

De pasada, y aprovechando mis reciéntemente adquiridas competencias en materia de inteligencia emocional (al menos lo que dan 5 horas de cursillo para aprender algo), puedo concluir que esa frialdad expositiva de la Vicepresidenta no la ayuda a mejorar su popularidad y mucho menos a que confiemos en que nos ayudará a resolver nuestros problemas si acabamos en la lista de morosos, con una deuda permanente con la entidad bancaria.

Y es que la deuda de muchos españolitos y españolitas, la deuda que procede de la compra de sus pisos, gracias a una hipoteca pactada con una entidad bancaria o con varias, debiera de tratarse como un pacto entre comprador y entidad bancaria, en la que el banco, el experto en estas lides, fija un precio "real de mercado". Olvidamos siempre añadir a esta justificación, que se trata de una tasación en un momento determinado, a fecha y hora concretos, con unas condiciones de mercado determinadas, y que sabemos que van a ser dinámicas, que van a variar en un sentido o en otro, casi siempre para subir de precio del bien, pero que podría ocurrir que fuera para no subir, sino bajar como es el caso actual. No podemos olvidar también a todos los inversores "ocasionales" en vivienda, que se lanzaron a la compra-venta de pisos, al calor de la burbuja inmobiliaria que hemos vivido. También ellos se han arruinado o al menos ahí están esperando a desprenderse de ese piso en Costa X, y que nadie quiere ya comprarles ni siquiera al precio que pagaron por él hace unos años.

El problema que tenemos ahora es determinar quién tiene que pagar los platos rotos. No es más que éso, así de simple. Los especuladores inmobiliarios ya están pagando, entrampados, con bienes que no quieren, con obras a medio concluir en las que no quieren meter ni un duro, o con roturas de contratos leoninas en las que han perdido hasta la camisa. Pero ahora quedan los demás, el sector bancario y los ciudadanos corrientes hipotecados. Lo que nos dice la Ley Hipotecaria es que no nos vale con dejar el piso al banco y cancelo la deuda y renazco de mis cenizas como Avez Fenix...Al parecer era una leyenda urbana, y yo, y muchísimos más junto a mí, sin saberlo. ¡Cuánta ignorancia acumulada! Ahora nos despertamos de nuestro autoengaño y descubrimos que otra leyenda urbana era falsa: los pisos siempre suben...Demasiado para nuestros cuerpecitos mortales...Los pisos se comportan como las manzanas, sujetos a la gravedad de la Tierra...también bajan, y con lo que pesan, te aplastan sin remedio.

Si seguimos analizando las consecuencias que tiene la Ley Hipotecaria actual, podríamos concluir que si me embargan el piso, y aún así sigo con deuda, parcialmente cancelada eso sí, el banco estará esperando a que genere ahorro sufieiente para cancelarla. Es decir, que estará como cuervo carroñero esperándome con su agudo pico para sacarme de mis entrañas el vil metal, la pasta gansa que me he ahorrado con mucho sacrificio. Lo que ya no tengo tan claro es que pasa con los intereses. No me creo yo que no se vayan acumulando, y habida cuenta de lo dificilísimo que es ahorrar en los tiempos que corren, suponiendo además que tengas un buen empleo, prácticamente tu sino en lo que te quede de vida es vivir debajo de un puente, lavar la ropa en un río contaminado y comer gratis de la Caridad, mientras tu sueldo íntegro se lo lleva el banco para pagar parte de los intereses acumulados, porque el principal...uyyy el principal...¿sabe alguien si es posible amortizarlo en el Paraíso? Porque nos lo habremos ganado, ya lo creo que nos lo habremos ganado.

Díganme entonces si lo que describo,y que empieza a ser real para algunos de nuestros conciudadanos, no se asemeja a una vuelta a la esclavitud de la Antigüedad. Podías llegar a ser esclavo por perder una guerra de defensiva frente a los invasores romanos, griegos, egipcios, persas...daba igual. Te invadían, perdías y te convertías en esclavo para siempre. Pero otra forma de entrar en la esclavitud era no pagar tus deudas. Se puede leer en los Evangelios..."lo metió en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía". Sólo faltaría que nos metieran en la cárcel por no saldar la deuda. Pero todo se andará si no nos enfrentamos con firmeza a esta ola de neoliberales avariciosos que no quieren aceptar que tienen gran parte de culpa en lo que está pasando. Su codicia no tuvo límites, y aún siguen en esa misma línea, mientras los ciudadanos miramos a otra parte cuando oímos que alguien se ha quedado sin piso y además con parte de la deuda inicial, desproporcionada la mayoría de las veces, teniendo en cuenta lo hinchado de los precios del mercado inmobiliario de hace 5 años.

Quedan esclavizados de por vida, y sin embargo, la otra parte activa en la locura que se desencadenó en este país, convence a nuestros políticos que sería malo para ellos, que "les perjudicaría". ¡Qué vergüenza señores y señoras! Son capaces de esclavizar a medio país para conseguir sanear sus balances. Y mientras tanto el Gobierno cohibido, asustado, sin implantar una solución justa, porque de eso hablamos, de justicia redistributiva, de que cada uno pague por lo que hizo. Unos por unirse a la espiral inflacionaria en los precios de los pisos, cambiándose de vivienda con una alegría desmedida, sin reflexionar sobre lo que podía ocurrir, sin moderarse, y los otros, sin advertirnos de que esas subidas desproporcionadas normalmente no traen nada bueno, que podía ocurrir lo que ha ocurrido, y que entonces, aplicarían determinado artículo de la Ley Hipotecaría y les pondrían unos grilletes en las muñecas para siempre.

Este desaguisado lo tienen que pagar unos y otros, y en otros incluyo a los bancos. También los bancos; ellos tienen que desprenderse de una vez de los activos dañados, sanear sus balances de una vez por todas, declarando las pérdidas de valor las garantías hipotecarias y liberándose del lastre que les está hundiendo. Los que peor lo gestionaron desaparecerán definitivamente, pero cuánto mejor!!! Porque no estaban preparados para ejercer su actividad económica y financiera de una menera responsable. No se merecen ni un euro de dinero público para rescatarles. Que se vayan al infierno de una vez, y que dejen de esclavizarnos.

Y un aviso final a navegantes políticos de izquierdas: si nos olvidamos de nuestros valores, de nuestros principios puede que nadie reconozca el logo del partido cuando vaya a votar. Os habréis convertido en unos auténticos desconocidos. Si ellos destrozaron la economía española, que se hundan para siempre. Ni un flotador más, ni uno!



PD. Para otro post dejo algunas otras ideas contra-neoliberales: nacionalizar los pisos embargados? A que suena bien...

1 comentario:

Fan1 dijo...

Más razón que un santo. Triste, pero me da la sensación de que estamos SOLOS. Los pocos idealistas que hay son aplastados por una inmensa mayoría de sinvergüenzas para los que la politica solo significa DINERO y PODER. Para ellos los ciudadanos no significamos nada. O más bien si! Una masa a la que engañar y de la que conseguir el apoyo suficiente para seguir en las mismas.