viernes, 11 de diciembre de 2015

Programas electorales: APP para elegir lo que más te conviene.

Las encuestas lanzan continuamente la idea de que hay muchos ciudadanos indecisos en cuanto a quién van a votar. A medida que nos acercamos al 20 de diciembre, día de elecciones generales en España, la campaña electoral se va calentando, como por otra parte viene siendo habitual en ocasiones anteriores. Todo son propuestas, ideas felices y alguna que otra tontería muy mal definida y menos aún pensada con frialdad. Esta vez está todo bastante liado si lo comparamos con las anteriores elecciones generales.

En noviembre de 2011 se veía como muy necesario un cambio de partido político gobernante, ya que el PSOE aparecía como terriblemente desgastado y cansado, después de enfrentarse a una negada inicialmente crisis económica, que desembocó en otra gran crisis social. En esta ocasión, con tantos debates a cuatro bandas, a dos bandas, a seis bandas...con muchos interlocutores, programas diferentes o sólo ligeramente matizados, la cortesía y el buen hacer general parecen bien asentados, lo que no deja de ser un logro. Si lo comparamos con aquella tristísima noche de debate a dos Rs entre Rajoy y Rubalcaba de  noviembre de 2011, no hay duda de que la competencia partidista obliga a más esfuerzos y eso suele traer consigo mayor ingenio y mejores ideas en general. Aquella noche del debate R-R, la negación continua del Rajoy a mostrar su programa electoral a su oponente, y por descontado a los electores españoles me anticipó el fiasco que nos esperaba para los próximos 4 años de gobierno si ganaban los populares, como así finalmente fue, con una mayoría aplastante que nos complicó todo aún más.

Y el no-programa del PP, el programa-oculto, se fue desvelando a partir de entonces. Poco se podía hacer democráticamente, o civilmente hablando (me gusta ese adverbio que limita el campo de actuación, en un modo civil, nunca modo incivil ni modo militar). Algunos pobres resistentes intelectuales nos limitamos a escribir denuncias, a reconstruir sus falsos relatos y como mucho a pedir su  dimisión (en mi propio blog..."Rajoy, te pido que dimitas", he animado durante cuatro largos años a los lectores para que firmaran la petición de Change.org con la que se encabeza la columna derecha del blog.  Es hora de quitarlo y sustituirlo por alguna otra iniciativa que merezca mi consideración.)

Día tras día, manifestación tras manifestación, marea tras marea, exabrupto tras exabrupto mediático, paseíllo judicial de político corrupto tras paseíllo, la legislatura ha concluido y con ella el mandato del gobierno Rajoy. Es hora de volver a votar y olvidar esos tiempos, aunque no de intentar rectificar todos los desmanes causados. Para ello cada partido de la oposición ha construido su programa político de buenas intenciones y deseos para los próximos cuatros años. Deberíamos leerlos, y mucho mejor aún, participar con propuestas para incorporarlas a los mismos, o al menos para poder debatirlos abiertamente. No es lo habitual, aunque debo reconocer que si reflexiono sobre ello, observo un cambio bastante importante en los últimos dos años. Hay más participación política, más movilización, con mayor interés en estos debates. Tanto es así, que hasta me he animado yo mismo a intentar hacerme con el programa "largo" de cada partido a través de sus respectivos sitios web, e incluso he leído algo de cada uno, si es que he podido conseguirlo.

Precisamente, conseguir los documentos programáticos ha resultado fácil en algunos casos, y realmente imposible en otros. No me considero muy torpe en esto de las búsquedas on-line, más bien lo contrario, y con cierta paciencia para alcanzar mis objetivos, pero en esta ocasión, no he obtenido el 100% de los documentos. Me falta uno...¿adivinan de qué partido? Sí, como diría mi entrañable Ana Pastorcilla tras entrevistar a los distintos personajes que imita  José Mota, "tú también te has dado cuenta, ¿no?". Me falta el del PP. Eso sí, en su sitio web tienen un comparador de programas por áreas que es la monda lironda de interesante. Se nota que hay presupuesto de sobra para conseguir que alguien (sospecho que son más bien muchos)  lea y estructure los programas electorales de la competencia política, extraiga los puntos más débiles (¡¡por supuesto!!), los califique, por supuesto que también siempre desde malos a malísimos, sin más paliativos, y que finalmente añada una batería de comentarios subjetivos en la mayor parte de los casos que den algún tipo de soporte intelectual a la calificación precedente. De nuevo, las suyas reciben la máxima calificación, faltaría más.

Pero no echemos por tierra sin más este planteamiento de debate programático. La idea es realmente muy buena si su realización fuera dirigida por algún equipo multidisciplinar independiente que pusiera los puntos sobre las ies a todo lo que se menciona, se asevera y propone en los distintos programas políticos. Lo ha intentado Ana Pastor, a la que he intentado seguir en El Objetivo de la Sexta los últimos domingos, pero es realmente muy difícil de realizar. Se escapan del debate numerosísimos temas, áreas y materias que nos afectan en mayor o menor medida a cada ciudadano o ciudadana. Se me antoja muy laborioso conseguir construir el auténtico comparador, una especie de APP para tu smartphone donde te interrogaran sobre todas y cada una de esas materias, con preguntas bien seleccionadas, neutrales, con la intención de que cada uno de nosotros descubramos cómo nos afecta realmente a nuestra vida actual y futura a medio plazo. Es un paso previo imprescindible para poder luego opinar sobre las propuestas que nos hagan los partidos políticos. Y luego, esa super APP (ya ven ustedes que la he subido de nivel) debería ser capaz de detectar contradicciones en lo que opinamos individualmente al terminar de contestar a la batería de preguntas, ofreciéndonos un pequeño informe con esas incoherencias internas (a modo de sesudo politólogo-psicólogo) con propuestas para reconducirlo, del tipo "para eliminar la incoherencia entre x e y, ¿qué prefieres?, ¿mandar a la porra el tema x o bien prefieres que y siga como hasta ahora?". Y así, lentamente, acabaríamos reconstruyendo nuestro modelo interior ideal respecto a lo que realmente queremos, es decir, reflexionando, decidiéndonos de una vez y ordenando prioridades.

Una vez que tengamos nuestro orden de prioridades bien establecido y del todo coherente, la hiper APP (de nuevo la subo de nivel) lo lanzaría contra los distintos programas políticos, a modo de rejilla o filtro, de modo que se acabe viendo cuantos impactos positivos y cuántos negativos tiene en cada programa político, pudiendo incluso ordenarlos por grandes materias. Podría ser que apareciéramos retratados políticamente como de derechas en materia de extranjería, y sin embargo, en materia social, fuéramos de izquierdas. Aquí de nuevo me surge una duda respecto a de si la hiper-mega-APP sería capaz de encontrar incoherencias en nuestro perfil político respecto a grandes áreas de interés. Tal vez, la mayoría encajemos poco en perfiles políticos puros, y acabemos recibiendo un informe del tipo 80% izquierdoso-15% liberal-5% reaccionario, por poner un ejemplo.

Con ello, también contribuiríamos a reducir las típicas discusiones familiares o entre amigos acerca de dónde se sitúa políticamente cada uno, qué predica y realmente qué hace, llegando a conocer mejor "de qué pie cojea fulanito". Le pediríamos que compartiera su informe político por whatsapp y hasta podríamos así analizar grupalmente la tendencia política de ese grupo. Realmente las posibilidades que le encuentro al programita son casi infinitas. La Hiper-Mega-APP citada, debería acabar proponiendo el voto para el "programa político" que mejor encaje con nuestro orden de prioridades ya perfectamente coherente.

Pero lo que no debería faltarle a la dichosa app es esta pregunta final "Pero a tí, ¿qué te pide realmente votar tu cuerpo serrano?"