domingo, 29 de abril de 2012

La subida del iuvea...(rememorando el Ce-Ce-O-O)

Hubo una vez en esta país, en la ciudad de Barcelona más concretamente, una semana a la que bautizaron como Semana Trágica. La reina de Inglaterra también tuvo su annus horribilis. La ciudadanía de este país ya conoce a los primeros cien días del gobierno Rajoy como el Centenazo. Jamás, jamás, en mis 49 años de vida (incluso en mis 31 de disfrute de mis plenos derechos civiles - y sus correspondientes obligaciones) había visto agotarse tan rápido a un gobierno recién formado y mucho menos con mayoría absoluta, ni a un líder político nacional, hablo de nuestro Presidente del Gobierno de España, mostrar signos de debilidad y ajeneidad a la realidad política,  económica, pero muy especialmente a la realidad social. Parece como si hubieran pasado tres años de dura travesía del desierto y nos encontráramos a las puertas de una nueva campaña electoral, con la legislatura y por tanto, con su mandato finalizado. Pero es que sólo han pasado algo más de cien días, sólo cien, ni doscientos, ni trescientos sesenta y cinco días, ni 1000 días, ni por asomo los casi 1.500 días que tendría que durar un mandato de 4 años. Se imaginan los lectores y lectoras la fracción de tiempo que ha transcurrido: una décimoquinta parte, y fíjense que no les llega el fuelle para terminar la primera etapa.

Y es que además se les ve muy, muy nerviosos y nerviosas. Hoy he podido comprobarlo en su forma femenina en la explicación mal enjaretada que daba a sus oyentes de por qué no deben movilizarse los españoles: nada de salir a la calle, ¿por qué? Sí, yo lo interpreto como síntomas evidentes de nerviosismo ante lo que viene a continuación. Un país que ha aguantado estoicamente durante dos años a que Zapatero y su gobierno se marcharan, acosados mediáticamente por la extrema derecha que ya hoy nos gobierna, radicalizada hasta un extremo que nadie alcanza a entender entre la ciudadanía responsable y pacífica. Y en diciembre de 2011 se marcharon los que decían ellos que eran los causantes de la situación económica desastrosa creada. Se inauguró a continuación el Centenazo, con una increíble sucesión de Decretos-Ley redactados a velocidad de vértigo, publicados en el BOE a mayor velocidad aún (es posible que el compositor de páginas de esa publicación oficial haya tenido que asistir al Consejo de Ministros por videoconferencia para acelerar la toma de notas...) y que han tenido que se enmendados, remendados, aclarados, centrifugados y tendidos al sol y al aire meseteño para intentar transmitir un poco de cordura en todo esta absurda carrera hacia ninguna parte salvo hacia el despeñadero.

Recuerdo al comienzo de la crisis, en 2008 cuando el gobierno de Zapatero intentaba negar la mayor, durante varios meses "aquí no hay crisis...". Al menos, hubo un atisbo de lucidez cuando se planteó la reforma integral del modelo económico español, un cambio de paradigma...adiós al ladrillo, bienvenida la economía sostenible. Tengo aún el texto de la citada Ley, llena de buenos propósitos, pero como bien me enseñaron en la UNED los profesores y profesoras de Ciencia Política, la ventana de la oportunidad estaba cerrada ya, y el gobierno de entonces carecía de la suficiente potencia como para forzar su apertura. Había llegado tarde, tres años tarde al menos, porque estos proyectos de largo alcance, de fuerte cambio, deben acometerse cuando aparece en el horizonte la sensación de urgencia, cuando se empieza a oír en la calle "algo tiene que hacer el gobierno". Ese "algo" debe estar pensado, planificado y con los recursos económicos y sociales que hagan falta completamente disponibles. No se pueden improvisar o incluso, no se puede empezar a pensar en un plan en ese momento. Se llega demasiado tarde y la corriente del río crecido te arrastra inexorablemente.

Y ahora, en cambio, lo que falta es un auténtico plan de cambio económico. Constantemente oímos hablar de reformas, de más y más reformas, estructurales (laborales, no la bancaria)...Sin embargo, nada de cambio de modelo económico. ¿Qué me dicen ustedes de la nula política industrial y de investigación en la que nos ha embarcado este gobierno? Menos mal que el gobierno autonómico vasco de López sigue manteniendo su apuesta por el I+D+i (en próximas fechas publicaré un post dedicado exclusivamente a este asunto con cifras comparativas demoledoras). Mala señal, la peor de las señales. Las reformas han venido por donde no debían: facilitar el despido y eliminar derechos sanitarios, además de por una nula mención al escaso esfuerzo gubernamental por aumentar incluso la presión a los defraudadores al fisco, más bien al contrario. Sinceramente, es un gobierno  sin estrategia nacional, ni política, ni social ni económica. Lamentablemente no hay nada detrás del gobierno Rajoy. Que Dios nos asista en el próximo Centenazo.

¡¡¡Guárdate de los idus de mayo!!!


sábado, 7 de abril de 2012

La cuenta 413...o cómo hacer castillos en el aire.

Hace más de un mes desde mi último post. La verdad es que fue muy, muy extenso, y sobre todo muy ácido, además de dejar al tiempo, en su lento fluir, el que permitiera que la polvareda levantada desapareciera y poco a poco pudiéramos ver si estaba o no acertado. Al parecer algo que intuíamos algunos al leer el Decreto-Ley 4 se ha venido a confirmar: Madrid, la capital del Reino de España, será la gran beneficiada. Y es que no hay como promocionarse a ministro para intentar resolver los cañones que se acaban de dejar atrás. Además, debemos cumplir luego el viejo adagio de "no quieras para los demás lo que no quieres para tí", así que siguiendo la senda del "borrón y cuenta nueva" se lo aplicamos también a los evasores de impuestos, porque "algo" sacaremos para las arcas públicas. Según lo que adelanta el ministro Montoro  ha quedado fijado en el cómodo 10%, fíjense los lectores y lectoras, fíjense, como los antiguos diezmos religiosos, principal fuente de ingresos de las Iglesias, las que fueran. Se calcula tan fácil lo que les tienes que dar...Suena redondo, contundente, sin aristas: el décimo, como la lotería. Inmoral y facilón es lo que me parece. Pero de eso ya hablaremos en otra ocasión.

Pero claro, como comprenderán, una vez pasados los idus de marzo y en plena Semana Santa, tenía cierta curiosidad sobre cómo se había desorrollado este nuevo fenómeno meteorológico de la "lluvia de facturas", cuánta había sido la precipitación por metro cuadrado de alfombra roja de despacho de alcaldía. Y efectivamente, hubo precipitación, intensas en algún caso, granizada fuerte en otros pocos y hasta alguna zona de sequía pertinaz en los menos.

Uno de los aspectos sobre los que me interrogaba tenía que ver con la transparencia del proceso, es decir, de si tendríamos listados de acreedores y de las cantidades adeudadas, tanto el global (que ha dado muchísimo que hablar en la prensa durante la segunda quincena de marzo) como del desglose, que es fundamentalmente lo que querríamos ver transparente, casi cristalino. Pero hay de todo, desde quien lo ha publicado directamente en internet, a quien lo hace en internet pero siendo necesario introducir el CIF del proveedor. En resumen, para los proveedores que tengan entre sus clientes a más de un Ayuntamiento o dependientes de éstos, un auténtico reto conocer si estás en la dichos relación certificada o no estás. En cualquier caso, me he molestado un poquito en analizar una de esas listas de un Ayuntamiento pequeño-mediano. No indicaré el nombre del mismo puesto que no se trata de un análisis científico ni mucho menos, ha sido purita curiosidad investigadora. Quienes pueden tener más fácil el cálculo integrador de toda esa información vertida desde los ayuntamientos españoles es el Ministerio de Hacienda (espero que sea animen a intentar cruzar facturas de un mismo proveedor que aparezcan en más de una lista certificada...). Por mi parte simplemente les diré que ese Ayuntamiento analizado muestra un cuadro como el que sigue:



Ayuntamiento
Su patronato
Total municipal
Total Importe
2.800.430,90 €
229.326,21 €
3.029.757,11 €
Promedio de Importe
1.463,89 €
730,34 €
1.360,47 €
Nº Facturas
1.913
314
2.227
Máximo Importe de factura
152.739,20 €
19.046,20 €





Conclusiones a las que llego: mucha factura pequeña, con promedio bajo por acreedor, que no llega a 1500 euros, siendo la factura más abultada pendiente de pagar un cañoncito de 152 mil euros y pico. Además bastantes acreedores diferentes de toda forma jurídica y condición. En fin...que como no pude descargarme el presupuesto de ese municipio, tampoco he conseguido saber si realmente estamos hablando de un caso grave en términos de monto de facturas impagadas a proveedores per cápita. Pero a la conclusión a la que llego es que difícilmente el pago de los 3 millones de euros será causa de salvación de sus proveedores puesto que la media está en 1360 euros pendientes de cobro.... Tal vez, el pago de ese par de grandes cañones, si el proveedor afectado tiene un tamaño pequeño podría evitar su desaparición.  Sigo pensando por tanto, que todo este embrollo tiene otra finalidad.

Respecto a la segunda gran tarea municipal, la de enviar antes del 30 de marzo los planes de ajuste...pues se ha hablando muchísimo menos en los medios. Realmente creo que ha pasado un tanto desapercibido. Vamos, que estamos de nuevo en nuestra querida Celtiberia: "págueme lo que me debe y si vuelve a las andadas allá usted". Y volveremos a las mismas, sin control efectivo de los procesos de gasto y sin que se tenga en cuenta si las obras faraónicas en las que se mete el ayuntamiento o Comunidad Autónoma se pueden mantener a medio y largo plazo, además de evaluar el impacto en el tejido socio-económico del territorio afectado (por cierto, hay por ahí algunas empresas consultoras que hacen ese tipo de estudios con una facilidad pasmosa...ya me gustaría saber qué metodología utilizan).

Y al hilo de este último argumento, el de crear un mecanismo administrativo para evitar que altos cargos políticos municipales y autonómicos desbarren en el gasto y dejen las cuentas publicas completamente coloradas de tan pocos números negros como muestran, pude escuchar en algún radio diario de los que más audiencia tienen una frase lapidaria de la alcaldesa de Valencia. Venía a decir que con el famoso RD 4/2012  podría ponerse fin a tanta falta de cordura en la gestión de los presupuestos municipales valencianos "no más cuenta 413" vine a entender que nos decía. Y ahí se encendió mi bombillita...¿qué quería decir con ese número mágico...? 413 uhmmm, 413...cuenta 413. Parecía una pista que me llamaba a la investigación gugleana. ¿Qué demonios tenía ese número, esa cuenta 413 que según Rita Barberá era la causa de todo este zafarrancho, con la casa nacional patas arriba?

Así que investigué un poco (no he tenido demasiado tiempo para estas cosas en el pasado mes de marzo, con auditoría de seguimiento de nuestro querido sistema de gestión certificado bajo ISO-9001) y encontré algunas cosas curiosas. La denominación técnica viene a decir “Acreedores por operaciones pendientes de aplicar a presupuesto.” y se creó a finales de 2004 recién estrenado el primer gobierno Zapatero  y que entró en vigor el 1 de enero de 2006 con la nueva ICAL (Instrucción de Contabilidad de la Administración Local), y que viene a recoger aquellas obligaciones vencidas al final del ejercicio por gastos realizados o bienes recibidos pendientes de aplicarse al presupuesto del ejercicio. Ufff, esta cuenta tenía miga, mucha miga como pueden entender los y las lectoras de este post. Nada menos que si no tengo presupuesto disponible en el ejercicio, no voy a quedarme sin hacer el polideportivo o sin recibir al Papa. Algo tendré que hacer contablemente para dejar anotadito todos los gastos realizados. Así que van al cajón, bien identificados. ¿Y el control se dirán ustedes? ¿Y para qué demontres desarrollamos todos los años en cada municipio el show de la preparación del presupuesto del año siguiente? Pero si da igual, tenga o no tenga partida presupuestaria, me puedo meter en cualquier inversión extrapresupuestaria este año, que lo imputaré en la cuenta 413 y lo dejaré acumulado como déficit arranque para el próximo año. Y ya lo pagaremos...faltaría más. ¿Se imaginan este juguete presupuestario en manos de político/as sin juicio, sin moral, sin fundamento como diría el cocinero Argiñano? Pero,  ¿cuál fue el motivo para crear esa cuenta?

No creo que fuera este objetivo el que tenía en mente el grupo de tecnócratas que diseñaron la nueva ICAL actualmente en vigor. He de suponer que como yo, funcionario que ha vivido esas situaciones, pensaron que ante presupuestos del año siguiente bien diseñados, con la partida de gasto concretada para la inversión que se quiere hacer, y conociendo el funcionamiento de la empresa privada, que suele necesitar asegurar un anticipo parcial de la futura factura con el fin de acopiar o al menos asegurar que el proyecto no se va a quedar en agua de borrajas ante cualquier cambio de criterio inversor, era conveniente poder llegar hasta la obligación del gasto y punto, ya que al año siguiente se podría realizar el pago definitivo de esas facturas pendientes. Ese instrumento contable, si quien lo utiliza es ordenado, prudente y sabio, puede servir para optimizar el presupuesto y flexibilizar la estricta maquinaria presupuestaria de las Administraciones Públicas. Pero ya algunos expertos en la materia (véase el siguiente enlace de los profesores Josep Viñas Xifra y Pilar Curós Vilà de la Universidad de Girona)   hicieron comentarios al respecto, en la que adelantaban que no parecía recomendable que no se especificaron concretamente los supuestos en los que se podía aplicar en este tipo de gastos atípicos. Es decir, que según ellos quedaba demasiado abierta y vaga su utilización. El tiempo les ha dado la razón a todos los que pensaban como ellos cuando vieron la nueva cuenta 413 de la ICAL.

Está claro que era una época de bonanza económica que sobrepasaba incluso las mejores cifras del último gobierno Aznar. Sí, es cierto, casi nos hemos olvidado de que algún día fuimos ricos o al menos nos hicieron creer que lo éramos, a base de préstamos de todo tipo, sin análisis de las mínimas garantías de devolución parte de las entidades bancarias, sin la debida prudencia que se les exige. Pero mientras tanto, y hasta el estallido de la crisis económica en 2008, los incrementos extraordinarios de recaudación se superaban año tras año, y por tanto, las obligaciones pendientes de abono conseguían en la mayoría de los casos ser saldadas cuando Papá Estado hacía la liquidación final de impuestos concertados, con liquidación favorable a los entes locales normalmente que se veían con dinerito fresco, listo para invertir en algunos casos y en otros para mal invertir, por no decir otra palabra más fuerte. Pero todo se acabó en 2010 y 2011. Las liquidaciones finales sobre los anticipos de impuestos concertados se han venido abajo estrepitosamente, sin ingresos por licencias urbanísticas a troche y moche...y con ello, nuestros entes locales teniendo que devolver incluso parte de lo anticipado por el Estado y con abultadas cifras en la partida 413, obligaciones pendientes de abono, no lo olvidemos, que ya no se podrán pagar a corto plazo. Es decir, están en una trampa mortal....

Y ahora que queda explicada la técnica española de construcción de castillos en el aire, novedosa, interesante, por favor, no la patentemos, porque ha demostrado ser altamente perjudicial para la economía española en su conjunto, y mucho más para las cuentas públicas. Pero por otra parte, no arrojemos a los leones a quienes quisieron flexibilizar el instrumento presupuestario y contable de las Administraciones Públicas. Propongo por tanto, ya que toca cerrar este post, y suelo tener por costumbre proponer medidas en este apartado, que se reforme la cuenta 413 pero en el siguiente sentido:

- Limitar el saldo de obligaciones pendientes a final de ejercicio en la cuenta 413 a un porcentaje máximo a definir, aplicable a la media de obligaciones finales que sí hayan sido abonadas en los últimos 4 ejercicios.
- No permitir en ningún caso que ese saldo reciba nuevas obligaciones pendientes, es decir, nuevos gastos atípicos, en el ejercicio corriente, si antes no se han liquidado las obligaciones pendientes de la cuenta procedentes del ejercicio anterior.
- No permitir en ningún caso cerrar un ejercicio contable con saldo en la cuenta 413 si no se ha establecido en la preparación del presupuesto del siguiente año, el modo de liquidar esa deuda y el plazo para hacerlo.

La cuestión es evitar que las "alegrías" en el gasto por parte de nuestros dirigentes políticos no se vean favorecidas por instrucciones contables vagas que conducen inexorablemente al desastre en tiempos de crisis, a la vez que evitamos desprendernos de un procedimiento de flexibilización del gasto para aquellos que sí que saben hacer las cosas bien.