domingo, 18 de diciembre de 2011

Transparencia (2): hablemos de funcionario/as.

Me quedé con hambre investigadora, una vez que tuve en mis manos esa gran montaña de datos que me proporciona el actual nivel de transparencia de las Administraciones Públicas españolas. Y a raíz  de la polémica levantada por el presidente de la CEOE la pasada semana se ha abierto un debate en LINKEDIN dentro del grupo Administración Inteligente, acerca del coste real de mantener a tanto funcionario y funcionaria ahora que estamos tan mal, pasando las penas del Purgatorio, e incluso alguno/as ardiendo en medio de las llamas del Infierno. Las intervenciones son realmente muy interesantes y arrojan luz sobre los males que afectan a la Administración, la falsa impresión de que los sueldos son elevados (en términos generales) comparados con los del sector privado y sus posibles causas. Creo que es interesante dirigir a los lectores si tienen interés en ampliar la información que aquí muy resumidamente aporto (ir al debate).

Pero volviendo a los datos municipales de Bizkaia y enlazando con el debate sobre los gastos de personal del funcionariado en nuestras Administraciones Públicas Locales, he obtenido el siguiente gráfico que puede ser muy ilustrativo:

Elaboración propia a partir de datos de 2009 del Ministerio de Economía y Hacienda.

Podemos observar en color azul el ratio de gastos de personal frente a gastos totales. Ha sido enormemente llamativo observar cómo los municipios medianos (nº de concejales entre 17 y 25) alcanzaban tasas cercanas al 40% de gasto total en empleados públicos. Curiosamente Bilbao rompía la tendencia y aunque no lo puedo aseverar, quizá tenga que ver con el número de sociedades municipales que tiene en su órbita, y por tanto, consolidadas presupuestariamente pero ya en otras partidas (transferencias corrientes y de capital  , ya no recibidas, sino emitidas hacia esas sociedades entre otros destinatarios, por un monto cercano a 130 millones en 2009). Es decir, que bien podría tratarse de un ejemplo de lo que se conoce como externalización de servicios públicos, que sólo tiene reflejo en la propia Diputación Foral.

Ahora bien, las cifras parecen penalizar a los ayuntamientos medianos, como más gastadores en su personal. Como no me cuadraban los números, sobre todo, por la enorme diferencia encontrada entre unos y otros, de hasta 3 veces más entre municipios muy pequeños y municipios medianos, pasé a analizar los datos de acuerdo con la clasificación funcional, es decir, "para qué" están gastando los muncipios, con qué objetivo. En este caso, apareció una columna relacionada con los programas de gasto de protección civil y seguridad ciudadana, que en muchos de ellos aparecía con valor cero. No se trataba de un error puesto que al conocer a quién le correspondía, siempre aparecía un municipio pequeño o muy pequeños. Parece que la clave se encuentra en esa columna, ya que ni tienen policía municipal, ni protección civil ni mucho menos un cuerpo de bomberos. De modo que preparé un dato corregido de gastos de personal, descontados los gastos imputados a programas de protección civil y seguridad ciudadana (admito que alguno de esos gastos son también de compras de vehículos especializados y de funcionamiento propio de la policía municipal y de bomberos, pero el grueso siempre son los gastos de su propio personal). Con ese dato corregido, la comparativa es mucho más homogénea, situándose casi todos los municipios en torno al 20% de su gasto total empleado en pagar a sus funcionario/as.

¿Es mucho o es poco? Pues como siempre, depende de la satisfacción de la ciudadanía con la prestación de los servicios que realizan esos funcionario/as. Pero al menos, sabemos ya, gracias a la transparencia (publicidad de datos económico-presupuestarios de las cuentas municipales) qué cuesta o mirándolo desde el otro punto de vista, qué nos ahorraríamos si prescindiéramos de ellos. ¿Lo haría más barato la iniciativa privada? Lo dudo mucho, ya que aquí no tenemos que pensar en ningún beneficio empresarial. Porque si algo debe quedar muy claro a los lectores es que no está demostrado que la iniciativa privada lo haga mejor que la pública en aquello que hace la pública.

Aún así, queda por averiguar cómo repartimos esos costes de personal funcionario entre los ciudadano/as de cada municipio. Y para eso, no hay como hacer una división del gasto de personal entre los habitantes de cada pueblo. Aquí vienen los datos:

Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Economía y Hacienda.
En promedio, vemos que un ciudadano de Bizkaia, si no tenemos en cuenta el pueblo en el que vive y paga sus impuestos, está soportando con unos 400 euros/año los gastos del personal de su ayuntamiento. Si lo miramos segmentado por tamaño en población del municipio, aparece otro dato significativo. Los municipios muy pequeños cargan a sus habitantes con casi 250 euros más por habitante y año. Tal vez sea poca gente para una estructura municipal demasiado grande, pero debe quedar claro que son los habitantes de cada municipio los que deben conocer en detalle cuánto les cuesta anualmente a cada uno de ellos, y si por tanto les compensa el esfuerzo extra.

En resumen, datos para la reflexión y análisis. Por supuesto, que si alguien quiere información detallada a nivel municipal del año 2009 puede pedírmela. Si hubiera interés podría hacerla pública a través de Google Docs. Todo sea por la transparencia, el conocimiento de causa, y en definitiva, la mejora de los servicios públicos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Transparencia, asignatura olvidada de nuestros políticos

Me encontré con una mención a la página de Transparencia Internacional España en las jornadas de la 3ª Conferencia sobre Calidad y Sostenibilidad de los Servicios Públicos, que ha tenido lugar en Bilbao, los pasados 29 y 30 de noviembre, en la que mencionaba la nueva relación actualizada de índice de transparencia municipal, y recordé que Bilbao había sido una de las ciudades premiadas, dentro del top 100 (5 ciudades se han salido...literalmente, dándose con el techo...quizá haya que ampliar en altura la casa de todo/as...).

Y me picó la curiosidad, y mucho más cuando leí, también por pura casualidad, el artículo de María Dolores Guillamón López, Ana María Rios y Cristina Vicente, de la Universidad de Murcia, titulado "Transparencia financiera de los municipios españoles. Utilidad y factores relacionados", publicado en la revista Auditoría Pública, nº 55, pp. 109-116. Me pareció muy interesante, ya que aprovechando la información del índice de transparencia de años anteriores, decidieron ir un poco más allá y explotar los datos que tan "transparentemente" nos ofrecen a los que queramos investigar. Y para ello utilizaron 5 variables:
- La ideología del alcalde: progresista/conservador.
- La fortaleza de ese gobierno municipal, utilizando el índice de Herfindahl (apunto a Wikipedia para quien quiera ampliar información), que viene a recoger el número de concejales de cada partido frente al total. A más  partidos con representación, más fragmentado el consistorio y más cercano a 0 el valor del índice. En el caso hipotético de mayoría absoluta y sin oposición, sería un valor de 1.
- El gasto total per cápita, es decir, total de gasto municipal entre toda la población registrada.
- Las transferencias recibidas per cápita, es decir, los ingresos recibidos del Estado, Unión Europea, Comunidad Autónoma, etc repartido entre toda la población registrada.
- La tasa de desempleo municipal anual.

Con toda esa información referida a 2008-2009-2010, las investigadoras concluían que los municipios gobernados por partidos progresistas son más transparentes que los gobernados por conservadores. Que a mayor fragmentación del gobierno local, mayor transparencia (ya intuíamos que las mayorías absolutas obstaculizan la apertura informativa...), que el gasto total per capita es superior en los municipios más transparentes, y que reciben más transferencias. Respecto al nivel de paro, no queda tan clara ninguna correlación entre transparencia municipal y su tasa de desempleo. Piden finalmente las investigadoras que se amplíe el índice municipal de transparencia a más ayuntamientos, y yo realmente pido que se amplíe a todos.

 Pero mientras esto llega, me he animado a utilizar las fuentes indicadas en el artículo, y que para mi sorpresa permite los datos de todos los ayuntamientos de Bizkaia (a excepción del Ayuntamiento  Abanto y Ziérbena, que no comunica los datos al Ministerio de Economía...). Como en el índice de transparencia actualmente publicado sólo aparecen Bilbao, Getxo y Barakaldo, he dirigido mis propias investigaciones hacia esas mismas variables relacionadas con el tamaño en población del municipio (los ayuntamientos los he agrupado por tamaño de población de acuerdo al número de concejales que componen el consistorio), y esto para los 112 municipios del Territorio Histórico de Bizkaia, obteniendo alguna conclusión interesante que paso a exponer a partir de este gráfico que he preparado:


Como puede observarse hay una clara tendencia a disminuir el gasto per cápita y también las transferencias corrientes y de capital recibidas por los ayuntamientos, conforme aumenta su población. El número de concejales del Ayuntamiento me ha servido como concepto de agrupación de acuerdo con rangos de tamaño de población, sin tener en cuenta para nada el tamaño del municipio, algo que tampoco tiene en cuenta la legislación vigente, que no corrige el número de concejales cuando el municipio es considerablemente extenso o con polarización de asentamientos de población. Queda también bastante clara la capitalidad de Bilbao, único municipio con 29 concejales. El último dato es el promedio municipal del Territorio Histórico de Bizkaia, a efectos comparativos, simplemente.

Es decir, que cuanto más pequeña es la población del municipio más gasta el consistorio en cada uno de sus ciudadanos allí empadronados, y más recibe en forma de transferencias de otras Administraciones Públicas (salvo una pequeña anomalía para los que tienen 11 concejales en cuanto a gasto total por habitante). Algo ha quedado claro al menos gracias a la transparencia de los datos recogidos en las liquidaciones presupuestarias, es decir, en las cuentas finales, que fin de cuentas, y valga la redundancia, es lo que nos tiene que importar y no tanto la fase de presupuestación, que es la que siempre resuena en los medios de comunicación (ampliaré en otro post algo más esta idea).

Otro gráfico que he obtenido tiene que ver con el famoso índice de fragmentación política del consistorio y de su relación con la transparencia. Aquí os lo muestro:

Datos del Territorio Histórico de Bizkaia tras las elecciones municipales de 2011. Elaboración propia.

¡Vaya! ¡Sí que es significativo lo que observamos! A menor número de concejales el índice de fortaleza (o su inverso, el índice de fragmentación política) aumenta, y por tanto la oposición se desdibuja y su influencia para hacer más transparente la acción de gobierno municipal también disminuye. Vemos que Bilbao ha quedado reforzado en 2011 con la mayoría absoluta de Azkuna si lo comparamos con los grandes municipios de Bizkaia: Barkaldo, Portugalete, Getxo. Ya veremos en esta legislatura si continúa por la línea que marcó el equipo de gobierno municipal del anterior mandato, el de la coalición PNV-IU/EB.

Parece ser que cuanto menos población tiene un municipio menos partidos políticos con representación tiene en el consistorio, y aparentemente al menos, más homogéneo es el modo de pensar político de sus ciudadanos. Pero por otra parte, si no hay "colorido político" en la oposición, más fácil es olvidarse de explicar lo que se hace, dónde se gasta y de quién se recibe lo que se gasta. Es cierto, también, que en municipios muy pequeños toda la gente se conoce, o debiera conocerse...y esto ayudaría en el camino de la transparencia, pero esta hipótesis debería ser demostrada. Por el momento, nos tenemos que quedar con los datos que aporto.

Como conclusión, por favor, exijamos transparencia en la actuación de gobierno, pero sobre todo, utilicemos la información que tenemos ya a nuestro alcance, hagámos nuestras cuentas de la vieja,  intantando extraer alguna conclusión, y a partir de ellas, decidamos, que para esos somos ciudadano/as con plenos derechos civiles, porque si no los usamos se nos van a oxidar.







martes, 29 de noviembre de 2011

¿Época de cambios o cambio de época?

Lo siento, no es mío el título de este post, pero me ha gustado tanto cuando lo he oído (a través de terceros en la Conferencia sobre Calidad en los Servicios Públicos a la que estoy asistiendo) que ha servido para reanimarme y regresar de la postración intelectual y crítica en la que me encuentraba desde que volví de vacaciones de verano. Sí amigos y amigas, también había caído en una profunda crisis anímica ante lo que estoy viendo y viviendo. De hecho, la semana pasada, tan profundamente afectado dejé a un compañero de oficina tras escuchar la pequeña perorata que le solté a modo de válvula de seguridad, describiendo las negruras del horizonte económico y social que se nos avecinaba, que hubo quien me lo recriminó, bondadosamente, eso sí: pobre, ¡cómo le has dejado! Sí, creo que ha llegado el momento de retomar mi blog y exponer lo que pienso respecto a los últimos acontecimientos.

De entrada, quizá lo que más me ha impresionado ha sido leer hoy en el ADN la noticia del acaparamiento de alimentos básicos por parte de algunos especuladores financieros, pese a quien pese, hambrientos de dinero, en una espiral ascendente que parece no tener fin, que nunca los sacia. Ya no se trata sólo de especular en los mercados financieros o  con los combustibles de primera necesidad, gasoil de calefacción o gas natural. Que alguien me explique, si puede, cómo demontres se conforman los precios de las subastas del mercado primario de generación eléctrica...porque creo que es imposible de saber, fuera de los círculos íntimos que acuden a esas subastas. Ahora que estamos constantemente oyendo hablar de incrementar la transparencia de nuestros gobiernos en sus quehaceres y obligaciones diarios, a mí me viene más bien la idea de crear un "índice de empañamiento" porque describiría mucho mejor el grado de avance al que hemos llegado en este aspecto de conseguir luz y taquígrafos en su actividad. Y desde luego, que no se debería componer con la información que ellos mismos aporten a quien tenga que hacer las sumas y restas para obtenerlo y luego publicarlo. No, señores y señoras, ya no me fío de ninguno, mucho menos desde que cayó en mis manos el libro de Gerald Everett Jones "How to lie with charts"...sí, en la lengua de Cervantes, "cómo mentir con las estadísticas". No lo he leído aún, pero la contraportada me tranquiliza un poquito cuando dice que trata sobre cómo pensar y expresarse con claridad (ya, ya...eso es la segunda lectura que puede darse, pero la primera...). Espero poder prepararme para que no me engañen más.

Pero la gran noticia de la semana, ha sido el desprecio absoluto de los especuladores financieros a la emisión de deuda de Alemania...sorpresa, sorpresa, señora Merkel. Tengo en gran estima la capacidad de trabajo de los alemanes, su entrega absoluta a lo que hacen, su sentido de obediencia sin rechistar, confiados en el buen saber y hacer de sus dirigentes, pero por otra parte, quizá es su gran talón de Aquiles. La locura de Hitler arruinó casi toda Europa, Alemania incluida, sin casi oposición interna, y ahora, tras unos años de expansión, de riqueza atípicamente creada y arribada al Sur de Europa, maestros del  buen vivir y disfrutar (nadie nos lo puede negar), nos encontramos con el hundimiento financiero, primero, y ahora económico, del gran mercado interior europeo. El frenazo económico causado por la subida de los tipos de interés, por miedo a la inflación en Francia y Alemania, nos ha dejado tocados del ala. En el Sur no se puede ya soportar la elevación de los tipos de interés. No hay crédito, pero es que aunque vuelva a haberlo, ya nadie se atreve a pedirlo. Estamos en un gran aprieto. Leo por ahí, que el afamado economista Krugman nos advierte que Alemania, liderada por A. Merkel y sus expertos, nos está conduciendo al abismo.  La polémica de los eurobonos, sigue ahí, con Europa cada vez más acosada por los ataques de los especuladores financieros. Ahora ya está amenazada Francia, Bélgica, incluso Holanda.  Nadie se salva. Las advertencias de Krugman parece que toman cuerpo, muy a nuestro pesar.

Lo que me preocupa mucho más es el cambio de rumbo (o no, al más puro estilo marianístico) del futuro gobierno del PP hacia el Nordeste, es decir, hacia Berlín. Nuestro Presidente "in pectore" ha declarado públicamente su admiración hacia la canciller del gobierno alemán. Contrasta claramente con lo que ha predicado el candidato socialista Rubalcaba, que pretende exigir a Merkel el alargamiento de los plazos para la reducción del déficit fiscal.  Hoy en la conferencia, el profesor Jesús Ruíz-Huerta nos ha presentado unos gráficos muy significativos sobre la disminución de la presión fiscal (más bien caída en picado) durante los pasados 2009 y 2010. Según lo mostrado, con una economía que no crece, la presión fiscal se reduce. Sinceramente les debo comentar que no entendía el concepto de presión fiscal y me dirigí a wikipedia. Según el artículo titulado "presión fiscal"no tiene que ver los impuestos previstos, sino sobre lo efectivamente recaudado en porcentaje de PIB, y por tanto, a mayor evasión fiscal, menor presión fiscal...EUREKA, comprendí el gráfico del profesor Ruíz-Huerta. Los españoles y extranjeros ricos que tributan en España están evadiendo impuestos en una escala desmedida, y por tanto, para compensar, a los que estamos en el "corralito impositivo", los gobiernos nos machacan cada vez más (IVA al 18% de tipo básico, y amenazando con subir al 20, subida de impuesto especial a los combustibles, subida de alcohol y tabaco, tasas universitarias, posible copago en medicamentos...) Aún así, con el ritmo de ajuste exigido por Alemania, y acatado extrañamente (?qué tendrá que ocultar Sarkozy...?) por Francia, se hace imposible continuar. Lo que no alcanzo a entender es por qué los sesudos expertos alemanes no han alcanzado a medir el grado de interrelación de las economías europeas. ¿Puede resistir Alemania y Francia si se hunde Italia y España? Hasta Obama se ha puesto muy nervioso, y mis ya mentadas y denostadas agencias de calificación (ver post de julio) amenazas con  bajarle también a Estados Unidos hasta AAA-. Ha sido penoso ver a Van Rompuy y a Cardoso rendir cuentas en la Casa Blanca. Me avergüenzo como europeo.

Sinceramente, creo que el ex presidente González tiene razón cuando indica que Merkel nos lleva a la perdición, que Europa carece de un liderazgo efectivo y ambicioso. Ya no sólo es economía. No es época de cambios, sino que realmente es un cambio de época y los tozudos del Norte no lo han entendido. ¿Estamos aún a tiempo de salvarnos?




jueves, 11 de agosto de 2011

Sin rumbo...

Me llegó a mi correo una pequeña cita del libro La  rebelión de Atlas (Atlas Shrugged en su versión original en inglés) de la filósofa y escritora estadounidense de origen ruso)Alissa Zinovievna  Rosenbaum, más conocida bajo el seudónimo de Ayn Rand, ya fallecida, que dice:

 "Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen  contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se  convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."
Ayn Rand  (1950)

Me decía la persona que me lo envió que se podía aplicar perfectamente a la situación de España. Yo creo incluso que se puede aplicar a la situación de todo el planeta, tanto primer mundo como el tercero, una vez que el segundo desapareció con la caída del bloque soviético. Por cierto, algunos mencionan incluso al Cuarto mundo, es decir, territorios sin Estado, con desgobierno absoluto, en caos permanente: Somalia, Zimbawe, Sudán, Afganistán, Libia...

Si nos paramos a pensar detalladamente en lo que nos menciona Ayn Rand, comprobamos que efectivamente, tenemos municipios e incluso autonomías donde se ha perdido el rumbo completamente: presupuestos incumplidos, prebendas inaceptables, privilegios de clase recuperados (educación de pago)...

Noruega, donde un loco liquida a 80 personas porque son de izquierdas y porque los de izquierdas defienden la integración racial en su país.
Somalia y Kenia al borde del colapso humano, en medio de una hambruna gigantesca.
Israel con manifestaciones para recuperar derechos sociales.
Siria, donde te matan a bombazos por pedir tus libertades políticas.
Chile donde las clases medias y bajas piden educación universal y gratuita ya que todo fue privatizado por los neoliberales de la etapa de la dictadura de Pinochet.
Oleada de robos en Inglaterra: jóvenes sin futuro y sin ideales que prefieren robar móviles y zapatillas deportivas a pequeños comerciantes, antes que asaltar bancos y repartir las ganancias entre los más pobres.
La Unión Europea debatiéndose entre ampliar los recortes sociales o endeudarse a cualquier precio.
Estados Unidos al borde de la bancarrota porque el ala más dura del partido republicano (Tea Party) se empeña en no aceptar subidas de impuestos a los más ricos.

Y mientras tanto los especuladores campando a sus anchas por todo el planeta, acaparando oro, petróleo, materias primas, todo lo que suponga pingües beneficios a corto plazo, ahora que los mercados bursátiles están de capa caída, en una espiral descendente que parece no tiene fin.

Pinta todo muy negro en estos primeros días de agosto. ¿A dónde vamos Humanidad enloquecida? No quiero pecar de pesimismo, porque ya lo hacen el resto de analistas y pensadores que suelo escuchar con atención en los medios de comunicación libres. Soy de la opinión de que como cualquier gripe o infección grave, existe un momento de crisis, de punto máximo que alcanza la fiebre y a partir de ahí, o te mueres o tu cuerpo reacciona y te recuperas. Puesto que estamos hablando del Planeta, su muerte no está contemplada aún por mí, y si se diera, poco podríamos hacer salvo meternos en algún agujero esperando a que escampe sin que nos hayan matado antes. Pero si vamos a la segunda opción, la de la Vida, entonces debemos ir pensando en qué hacer para que no vuelva a ocurrir.

Vengo insistiendo desde esta tribuna (suena muy profesional...;-) en que la ola neoliberal (a veces lo dramatizo calificándolo de tsunami en lugar de ola) que nos ha impactado en la cara, cuerpo y extremidades, además de en el bolsillo, viene de muy atrás. Los expertos consultados hablan incluso de los años 70. El reaganismo y el thatcherismo fueron sus puntas de lanza, y algunos laboratorios repartidos por el planeta sirvieron para ir anticipando los resultados reales de esas nuevas propuestas políticas (Chile  suele ser el ejemplo paradigmático). Lo cierto es que el monstruo creado en los 90 y muy crecidito en la primera década del siglo XXI nos está devorando sin piedad. La deslocalización de empresas, por ejemplo, está desertizando industrialmente a países que tecnológicamente no están en la punta, con productividad baja y salarios más altos que los chinos o indios (lo que no es nada difícil). Cierres y más cierres, y lo peor que sin formación avanzada, sin esfuerzo, no hay productividad,  no hay posibilidad de competir, y por tanto, su destino está ya escrito.

El empobrecimiento de las clases medias europeas no ha hecho sino comenzar. El crédito a las empresas está cortado o es muy débil, y por tanto, los negocios apenas si pueden invertir en mejoras tecnológicas o nuevas líneas de negocio. No pueden contratar a jóvenes preparados (los que lo están, los que se han esforzado en estar a la última) o los salarios que pueden ofrecerles son bajos, lo que conduce a un índice de sustitución de personal elevado o muy elevado, algo malísimo para el empresario/a.

Y en medio de todo ésto, los gobiernos más fuertes, Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, no dudan en aplicar las mismas políticas monetarias que condujeron a la profundización de la crisis de 1929. Volvemos a repetir el error, y al igual que entonces, por no querer admitir que los muy, muy ricos no pueden serlo en sociedades avanzadas, que no está justificado moralmente, pero tampoco técnicamente, que la diferencia salarial sea de 1000 a 1 entre el Presidente de una multinacional y un empleado de base, y mucho menos cuando no hay responsabilidad de ningún tipo en caso de cometer errores de bulto en la gestión.

Junto a ésto, nosotros mismos, invertimos hace años nuestros ahorros en planes de pensiones que ahora no valen nada o muy poco, sin saber muy bien qué es lo que estamos comprando, porque eso  mismo es lo que hacemos, comprar ahora para vender luego cuando nos jubilemos. El engaño está bien preparado, pero desde el punto de vista social es insostenible ya que produce la rotura de la propia sociedad entre los que han  invertido en fondos de pensiones y los que no han podido (porque nadie en su sano juicio pasaría la oportunidad de invertir algún sobrante de su salario anual, si es que lo tiene). Cada vez son más los que no pueden, y cada vez son más fuertes los fondos de pensiones, acosados a su vez con la obligación de ganar más y más dinero para los que podrán reclamar sus pensiones privadas.

Pero quién sabe realmente dónde va el dinero que pone en un fondo...La maraña de interconexiones y participaciones societarias hace imposible trazar ese camino. Lo que intuyo, porque no lo puedo demostrar con cifras, es que esos mismos fondos se vuelven contra los propios inversores, manipulados consciente o inconscientemente por sus gestores, en un mundo interconectado y extramadamente volátil, totalmente imbuido del valor del dinero, y sólo del dinero, que únicamente responde a la "regla del máximo beneficio caiga quien caiga", sea una persona, un colectivo o incluso un país completo. La realidad es que estamos en manos de gángsters de cuello blanco que utilizan armamento económico para destruirnos y aniquilarnos socialmente.

Llega el momento de las propuestas, no podía ser menos en este blog. Precisamente a raíz de la lectura de la entrevista a Cristina del Valle, en la revista Emprendedores de Julio de 2011, recogí una idea que me gustó muchísimo. Hablando del movimiento 15-M, de qué pensaba ella sobre su futuro, contestaba que podía llegar a convertirse en una especie de comité ético de control ciudadano de los gobiernos. No me parece nada mal, conocidos los cientos de casos de corrupción que vemos a diario entre los políticos que nos dirigen, algunos bordeando el delito penal, pero en cualquier caso, rebasando lo que todos admitimos como moralmente censurable. ¿O no?

Pues esta última pregunta retórica viene al caso de cómo alguien imputado, puede presentarse en listas electorales que él mismo controla, mediante el apoyo de otros más que están en su misma situación. Pero lo peor es ver cómo una masa de ciudadanos libres vota a esa opción o partido político y gana por mayoría absoluta.

Digan lo que me digan ustedes, algo falla en todo este asunto. Es cierto que somos libres de votar a quien queramos, pero cuando decidimos votar a personas que están imputadas y que terceras partes que tienen la misión de juzgar imparcialmente (poder constitucional independiente) deciden acusar formalmente a esas personas, entonces, entonces...es que algo falla en nosotros mismos, incapaces de distinguir lo moralmente bueno y lo malo, entre la defensa de lo público, de lo que es de todo/as.

Viene pues a colación, recuperar una idea y proyecto real que ha sido vilipendiado y maltratado por muchas personas, muchos educadores y sobre todo muchos políticos: educación para la ciudadanía. Se desarrolló incluyéndole en el currículo escolar. Lamentablemente todo lo que suena a asignatura obligatoria acaba siendo odiada por los alumnos, fastidiosa para los profesores y quebradero de cabeza para los padres. Quizá sea el momento de relanzar la idea, pero para toda la ciudadanía, mediante programas audiovisuales, similares al "Tengo una pregunta para usted señor presidente". Nos falta sentar bajo los focos a ciudadanos con perfil público y someterles a un tercer grado por parte de ciudadanos de a pie, sin complejos en preguntar y analizar el fondo de la cuestión, y sobre todo de compararnos con nosotros mismo y con  lo que haríamos en esas circunstancias, y finalmente de las consecuencias que todo ello tiene para lo que es público y de todos.

Si no sabemos siquiera que es nuestro, ¿cómo vamos a cuidarlo de los ladrones?



sábado, 23 de julio de 2011

Confía en su ineptitud y te verás estafado...

Por fin salieron a Bolsa los nuevos bancos procedentes de la reestructuración (a la fuerza) de los principales grupos de cajas de ahorro: Bankia, Banca Cívica, y antes CaixaBank. En medio de esta marejada, o más bien tsunami económico que estamos viviendo en las últimas semanas en los mercados bursátiles y de deuda, la aventura (yo no puedo llamarle de otra manera, lo siento) desventurada de las Cajas en su intento de bancarizarse me parecía algo oscuro e ininteligible en un primer vistazo o impresión. Ha tenido que llegar ADICAE con un muy correcto artículo que recomiendo el que  abriera mis ojos críticos y me obligara a reflexionar sobre lo que está ocurriendo.

En el artículo nos pasa revista a los principales indicadores económicos de estos grupos de cajas, y el panorama no puede ser más desolador. Cualquier ciudadano/a que tenga la más pequeña aversión al riesgo se le pueden poner los pelos de punta al ver el abismo en el que se puede meter. Me temo que durante unas semanas veremos oscilaciones en el precio de salida, incluso momentos de crecimiento del precio de partida, ganancias momentáneas, muy interesantes para los que están diariamente atentos a los índices bursátiles, esperando la menor oportunidad para ganar unos céntimos por acción, pero para el inversor a largo, para el ciudadano/a de a pie, que pone su dinero, su futuro, su confianza, en esas acciones de estos nuevos bancos, la evolución de los precios podría no ser tan favorable. El escenario que imagino, diseño y asiento en mi mente cuadriculada de ingeniero no puede ser peor. Y me explicaré.

Como cliente habitual (por desgracia) de una caja de ahorros, he comprobado, asumido y aceptado resignadamente que las asambleas de la misma sean de lo más velado (no me atrevo a calificarlo de opaco) que pueda diseñarse intencionadamente. Todavía estoy por encontrar a alguien, algún ser humano que haya sido elegido para participar en tales eventos anuales. Nunca he visto la lista de asistentes en ninguna sucursal, ni publicadas las fechas de las Asambleas Generales. Por purita curiosidad he buscado en su web información al respecto, y bien escondida aparece como "hecho relevante"...en fin, no tengo palabras para expresar mi indignación. Y es que me gustaría poder apuntarme a alguna lista de clientes, a ver si por, también, purita casualidad, sale mi nombre y apellidos del bombo y consigo enterarme de cuándo se reunirán los gestores de mi caja para explicar sus propuestas y para que sean votadas...y en su caso aprobadas...

Como pueden comprobar mis lectore/as, esto del sistema de gobierno de las cajas debería recibir un calificativo más duro que el de "velado", para pasar a ser "opaco". Que están politizadas ya lo sabemos, y la cuestión es que como nunca hemos podido opinar los ciudadanos y más aún los clientes y principalemente los depositantes de fondos, tampoco hemos conseguido remover esas viejas estructuras orgánicas y de poder. Sin embargo, este boom inmobiliario, esta crisis del ladrillo, está viniendo gozosamente a conmover los cimientos del podrido entramado que nos ha mantenido tan engañados. 

Tan mal lo han hecho, tan mal lo han gestionado, tan poco eficientes en su gestión son comparados con la banca tradicional, que ya deben mucho más de lo que tienen. Se les fue la pasta por algún agujero, creo que inmobiliario, y ahora están desesperados intentando captar fondos para salvar su cuello (que no el mío). ¿Y qué creen que han pensado para salvarse? Pues convertirse en bancos...ya, ya, eso se dice fácil. La cuestión es que sin dinero, malamente puedes prestar...que es en definitiva el negocio de cualquier banco. Ahí es donde aparecen operaciones de salida a bolsa. Te dicen...miren señores y caballeros, qué hermosas acciones tengo en este escaparate, frescas, frescas, recién saliditas de la imprenta, listas para traspasárselas a ustedes a un buen precio. Además les prometo (con la boca pequeña y sin seguridad ni compromiso firmado de ningún tipo) que en poco tiempo el reparto de las ganancias les hará un poco más ricos, sin arrepentirse de esto que están haciendo. Y algunos incauto/as se creen la publicidad y sin investigar más, invierten, ponen su dinerito y llenan de dinerito fresco su caja fuerte llena de telarañas o de facturas sin pagar que es aún peor.

Pero lo peor es que nadie nos dice y les advierte a estos incautos que quienes van a gestionar estos nuevos bancos no son otros que los que han arruinado las cajas de ahorros de donde proceden estas ideas tan "avanzadas2. ¿Alguien se ha leído los estatutos de estos nuevos bancos?¿Y si se los han leído, los han entendido?¿Ya saben cómo van a participar en la gestión como accionistas, cómo y quiénes les rendirán cuentas?¿Quiénes tendrán y detentarán el núcleo duro del poder en esos bancos? Porque a Botín y familia ya les conocemos, y sabemos que son dueños de una parte importante de esas acciones, y que por tanto, les va en su interés que su banco funcione muy bien...¿Pero los que dirigirán estos nuevos bancos...?¿Y qué sueldos tendrán?

Bueno, bueno, preguntas y más preguntas, y cada vez más cabreado e indignado con la estulticia humana al leer este otro artículo  donde nos cuentan que han conseguido el dinerito para recapitalizarse con un descuento del 60% sobre el precio inicialmente barajado. ¿Acciones de saldo...? ¿Valen realmente lo que han pagado por ellas...3.500 millones de euroooooosss? Así que están eufóricos...!! Al menos, me siento a gusto sabiendo que lo mío no está en sus manitas derrochadoras.

Pero no podía acabar mi nuevo post sin plantear una propuesta (siempre debo proponer algo, de lo contrario traicionaría los principios de este blog: recuérdenmelo, por favor, si falta alguna vez a mi palabra). En este caso, seré tremendista pero práctico. Puesto que la mayoría de los que somos clientes de una caja solo pretendemos recibir en ella nuestra paguita, nuestra nómina, pagar unos cuantos recibos y no tener ninguna comisión a ser posible, con una distribución de cajeros adecuada, y con una oficina virtual que nos permita hacer gestiones desde casa...¿por qué no nacionalizamos todas las cajas, poniendo entre todos el dinero público  necesario para salvar la situación inmobiliaria, con prohibición absoluta de volver a privatizarlas (yo ví como mi Caja Postal de toda la vida se convertía en Argentaria y acababa en el BBV)?¿Por qué no creamos de nueva la Caja Pública Española, cuyos empleados sean funcionarios de carrera, seleccionados en rigurosas pruebas públicas, y donde se ascienda por mérito y capacidad, sin ninguna influencia política? ¿Por qué no podemos tener derecho como ciudadano y ciudadanas a disponer de servicios bancarios mínimos gratuitos de calidad (pagados con nuestros impuestos) imprencindibles en una vida social y económica cada vez más compleja?

Ahí queda eso... 

sábado, 16 de julio de 2011

Sorpresa, sorpresa...!!! ¿Valientes o temerarios? Hablo de funcionario/as...

Camps y Costa en el banquillo! Hace unas cuantas semanas nos enteramos todos en este planeta Tierra que el Presidente de la Generalitat Valenciana había sido imputado finalmente por la causa de "los trajes" y que se sentaría en el banquillo, esto dicho en lenguaje popular de hace mucho, porque ahora banquillos, banquillos, nunca aparecen en la televisión. El único juicio oral al que he asistido como testigo tenía sillas por todos los lados, bastante cómodas, aunque no para echarse una siesta (es cierto también que la hora no acompañaba...). Por otra parte, el circo mediático está siendo de considerable tamaño y no hay día en el que no nos sonrojemos al oír las negaciones de los acusados (no conozco a ese señor...) y luego comprobar los oyentes y así probarlo la Fiscalía que sí que se conocían y mucho, mucho.

Para este bloguero de lo público, la sorpresa está siendo mayúscula. No albergaba ya mi corazoncito de ciudadano casi-responsable demasiadas esperanzas de que tanto va y viene entre Tribunales de Justicia, pasándose la patata caliente, acabara en uno de ellos con los suficientes arrestos como atreverse a decir en el auto de imputación, que no hay que ser muy listo para entender que si te regalan trajes siendo el más alto cargo político de la Comunidad Valenciana, no sea para que el halagado se sienta en deuda moral, "de amigo íntimo, de amigo querido" y devuelva el regalo de otra manera...

Y de la sorpresa he pasado a sentir una oleada de satisfacción, breve, muy breve. Porque por una parte me hace sentir bien el hecho de que aún queden funcionario/as de Justicia que no se sientan intimidados por el peso del poder político directo, y sobre todo por la falta de independencia entre poderes (pese a lo que diga la teoría político-constitucional de este país) ya que su más alto Consejo está totalmente controlado por los partidos políticos mayoritarios (guiño aquí a los Indignados del 15M. De paso quiero dejar aquí un pequeño recordartorio para  comentar algo sobre la  intimidación en la interacción humana que leí hace poco en alguna publicación); (a mis lectores: si no vuelvo sobre este tema de la intimidación pública me lo hacéis saber).

En cuanto a la brevedad de mi satisfacción se debe al que al poco, pero muy al poco, recordé que en el supuesto de que fuera condenado, cabría interponer recurso (no soy experto, y seguro que alguno que lo sea lo dejará caer en alguna tertulia política dentro de unos meses). O incluso podría ser menos breve mi felicidad, y es que el tribunal popular, sea muy, muy "popular". Veamos...deshagamos la madeja de mi razonamiento...Con mi mente práctica, bastante ingenieril, la ciencia estadística me ha enseñado lo que se conoce como grupo representativo de una población a estudiar: muestreo aleatorio. Más o menos es lo que hacemos al publicar las listas de ciudadanos que podrían ser llamados a formar parte de un tribunal popular. Si mal no recuerdo se hace el sorteo por proximidad geográfica. Es decir, que la muestra de ciudadano/as que juzgarán a Camps será claramente favorable por mayoría absoluta, a no ser que haya un cambio político interno, algo que no creo que ocurra tras haberse conocido este caso desde hace 2 años y  repitiendo el PP su anterior mayoría absoluta. Tal vez ahora comprendan lo breve de mi alegría. Aunque quién sabe si el sorteo ha hecho imposible recusar y recusar. Tengo entendido que el procedimiento fue lento, muy lento, pero que al final todos dieron por bueno al jurado popular.

Pero esto último es mucho menos probable (estadísticamente, insisto...). Lo que sí que es una evidencia es la mayoría absoluta por tercera vez y creciendo, en medio de una crisis galopante, y con un déficit abultadísimo que ya nadie sabe muy bien dónde situar ¿Los valencianos están mirando para otro lado cuando saben todo esto y votan al partido que dirige? Más preguntas...¿O tal vez son insconscientes del callejón sin salida en el que les ha metido una política absolutamente populista e insostenible?¿Es verdaderamente insostenible? Tal vez el modelo autonómico sea ingobernable por la falta de control político-económico-interventor de nivel superior...Pero no crean que sólo tengo pensamientos críticos para los valencianos. Ahí tenemos el caso La Mancha y la Presidenta Cospedal pegándose de cabezadas con las cifras de los informes finales que está conociendo.

En este grave asunto, las palabras de su ex Presidente son demoledoras...En tres meses dejaron de pagar absolutamente todas las facturas...? o más bien al revés....¿pagaron todas, todas las atrasadas? ¿o peor aún, pagaron todas las facturas de servicios, contratos y obras de todo tipo encargadas en los últimos tres meses, dilapidando el presupuesto del año 2011? ¿O será que estamos hablando de déficit transitorio o provisional de caja por haber adelantado los pagos, es decir, "cumpliendo estrictamente con los plazos habituales de pago de cualquier ciudadano normal: entre al momento, o al mes, o fragmentado por el banco si tienes acuerdos de tu tarjeta financiera?

Y es que no sabemos nada de nada. Seguramente no lo sabrán ni los propios técnicos de esa Administración autonómica, que habrán visto cómo de repente alguien deja de firmar y lo bloquea todo "esperando a...", o al revés...que ese alguien abre el grifo (o las compuertas) del depósito-almacén-pantano de expedientes de abono de facturas que tiene en su inmenso despacho y traslada el problema a la unidad de Tesorería  que pone el grito en el cielo por esa falta de planificación...(diciendo que ahora no toca, que están devolviendo la Renta-2010 o que no han llegado las transferencias corrientes del Estado o cualquier otra buena razón de Autonomía).

Funcionarios: ¿dónde estáis? ¿qué podéis hacer? ¿podéis hacer algo?

sábado, 9 de julio de 2011

Agencias de calificación versus calificados indignados

La noticia no podía ser más terrible, no sabría cómo decirlo en casa...¿Cómo había podido ocurrir? Tanto esfuerzo para nada, nos han suspendido...esta ha sido la gran noticia económica de la semana.

Efectivamente, esta justificación tan infantil, que tantas veces hemos utilizado o hemos oído cómo la utilizaban y la utilizábamos en nuestra juventud la hemos vuelto a escuchar, a leer en los medios de comunicación. Vaya lío, vaya lío en el que estamos. Y como ocurría entonces, enseguida empezamos a mirar en la lista de resultados a ver si hay alguien conocido que le haya ocurrido lo mismo. Ya se sabe, ya sabemos, que mal de muchos consuelo de tontos...

Pero, ¿somos tan tontos como parece deducirse de los resultado de estas agencias de calificación, o es que son malos, muy malos correctores-calificadores de exámenes, durísimos, extremadamente duros, lo que llamábamos entonces "profesores hueso" o tal vez ambas cosas a la vez?

Para empezar, debiéramos precisar qué son las agencias de calificación, o más bien, qué deberían ser. Recomiendo a mis lectores que sigan este enlace wikipedia_agencias_calificación. La definición que da es simple pero clarificadora: "Las agencias de calificación de riesgosagencias de clasificación de créditos o agencias de rating son empresas que, por cuenta de un cliente, califican unos determinados productos financieros o activos ya sean de empresasestados o gobiernos regionales (estados federados, comunidades autónomas)". Sí, sí, han leído bien, actúan por cuenta del cliente, en nuestro caso de estados o gobiernos regionales, que le piden a las dichosas agencias que les pongan una nota, es decir, que les valoren su riesgo de impago y el deterioro de su solvencia como emisor de títulos de deuda en forma de letras del tesoro, bonos, obligaciones, etc. Lo cierto es que muy raras veces se nos ocurre pensar que las letras del tesoro que compramos, es decir, dejando nuestro dinerito en préstamo al Estado o Comunidad Autónoma, a un interés prefijado, pudiera no llegar a ser devuelto...Bueno, pues con este parrafito técnico creo que nos hemos situado en harina.


La gran pregunta del lector/a perspicaz sería...¿pero si tan mal califican a España, o a Grecia  o Irlanda...por qué se empeñan nuestros gobernantes en acudir a estas agencias de calificación, y para mayor indignación del ciudadano de a pie como, que como yo, se entera ahora de todo esto, pagándoles por ese servicio. Mejor sería no acudir dónde ellas o incluso no acudir en absoluto. 


Pues sigo leyendo el artículo de Wikipedia y un interesantísimo artículo de El País del 7 de julio pasado (recientito) de Claudi Pérez que recomiendo, y me entero de que el propio Banco Central Europeo (además de la propia Reserva Federal Americana, lo que es lógico siendo americanas esas agencias) mantiene una norma obligatoria para todos los estados miembros por la que es necesario tener calificada una emisión de deuda soberana si quieren operar en la ventanilla del banco central. Bueno, bueno, esto es de traca. Nosotros mismos, nuestro propio sistema central de bancos facilitando el oligopolio. Porque ya me dirán ustedes qué es un mercado dominado al 90% por tres agencias, y diría aún más, oligopolio norteamericano, porque esas tres agencias tienen su sede allí. Ahora encuentro una razón a tanta crítica al euro y a las autoridades monetarias europeas y a los gobiernos europeos en general. Una soterrada guerra entre el antiguo todopoderoso dólar y el joven y pujante euro está detrás de todo este embrollo. 


¿Y si no acudimos en absoluto a pedir esos servicios de calificación? Podría ser una idea...pensémoslo detenidamente durante unos minutos. Necesitamos que nos califiquen nuestras emisiones de deuda porque nos obliga el Banco Central Europeo y los bancos centrales en su caso, si queremos que sea emitida en un mercado internacional. En otras palabras, que vengan los chinos a comprar nuestros bonos...porque esa era la idea del viaje de Zapatero a China hace unos meses. Aquello no quedó bien retratado en los medios, pero es indudable que la cuarta agencia de calificación Dagon Global Credit Rating (china por más referencias) parece que no lo ve tan, tan negro como las americanas...es decir, que no nos ven tan mal.


Volviendo al hilo de mi argumentación, si no queremos que nos califiquen, no podemos acudir al mercado internacional...nadie de fuera podrá invertir en activos nuestros, en este caso, financieros. Y ahora la otra gran pregunta: ¿podemos como país, como comunidad autónoma autofinanciarnos? Porque ya me dirán ustedes dónde demontres se va el dinero recaudado en impuestos, si finalmente no es suficiente para pagar todo lo que estamos haciendo los que trabajamos en las distintas Administraciones Públicas. Es decir, que nos expliquen con pelos y señales por qué surge ese déficit. ¿O es que no somos capaces como nación o como autonomía o como municipio de ser conscientes de que no somos tan ricos y que tenemos que pedir prestado, y que nadie se fía de nosotros porque unos americanos van soltando bulos por aquí y por allá sobre nuestra capacidad de devolverlos, y encima, y para más recoña, porque se lo hemos encargado y pagado nosotros? ¿Tan idiotas, prepotentes e irracionales somos? ¿Es que no somos capaces de analizar a fondo y hasta el final las cuentas públicas para decididr entre todos y todas qué inversiones y gastos son imprescindibles y dónde sí que podemos esperar para momentos más oportunos? 


Como primera propuesta: por favor señores y señoras jefes de estado de la Unión Europea...pónganse las pilas e inventen una nueva institución europea independiente y ágil que se encargue de evaluar y calificar la deuda soberana de los Estados, regiones y municipios europeos. El libre mercado no generará nunca lo que necesitamos y menos cuando partimos de una situación de oligopolio norteamericano. No podemos seguir así, bajo la constante amenaza de informes que sólo buscan su autojustificación. Tenemos que dar un paso adelante ya.


Y esta es mi segunda propuesta: incorporar la contabilidad analítica de costes a todo el entramado de gasto administrativo público para saber con pelos y señales en qué estamos gastando y con qué grado de eficiencia lo hacemos. Tenemos que ser capaces de establecer un presupuesto y gasto público dinámico, que permita conocer en pocos días, semanas, cómo nos está yendo en el apartado de ingresos para determinar cuánto podemos gastar, que anticipe escenarios, que utilice en su máxima potencia las herramientas informáticas y de gestión administrativa de que empezamos a disponer. Los instrumentos actuales nos demuestran que no son suficientes, son lentos en la aportación de información analizada, diferenciando gestión de resultados, y que provocan oscurantismo en su publicidad hacia la ciudadanía y que por otra parte los malos políticos, irresponsables, sean capaces de actuar sin freno.


Ya es hora de un nuevo post en el que trate el laberinto de la presupuestación pública y que he venido rumiando lentamente desde hace muchos meses. Les avisaré...



domingo, 26 de junio de 2011

Que vienen los nuevos...!! (Calidad e innovación en las Administraciones Públicas)

Se acabó el mandato 2007-2011 en las administraciones locales. Parece que fue ayer cuando tomaron posesión de sus cargos nuestros jefes y jefas, y cuatro años después les estamos despidiendo en unos casos o preparándose para una toma de aire y a continuar por otros cuatro. Y es que el tiempo se va sin enterarnos, amigos y amigas lectore/as, qué les voy a decir que no sepan.

Sirva esta introducción para situarnos en uno de los grandes problemas que tiene la Administración Pública en cualquier país, región, ciudad o pueblo con un régimen político democrático, es decir, con elecciones libres que permitan oír la voz del pueblo, del ciudadano: el breve periodo de  tiempo que suelen estar al mando los cargos políticos elegidos-designados para dirigir una pequeña fracción del entramado administrativo del Estado (también es bien cierto que es una desventaja ventajosa: si no lo hacen bien, normalmente no permanecen demasiado tiempo como para destrozar ese entramado administrativo, aunque a punto han estado alguno/as...).

Y es que cualquier proceso de mejora en profundidad de la actividad administrativa pública necesita de cierto liderazgo (eso nos dicen los gurús aunque yo lo matizo hasta dejar casi irreconocible la aseveración anterior), pero sobre todo de continuidad en el impulso. Si algo hace daño a cualquier proyecto, y a cualquier persona implicada en su gestión, es la existencia de vaivenes, de continuos comienzos y replanteamientos globales. Provoca un hastío tan grande en el funcionariado que hace imposible a cualquier nuevo recién llegado al mando, que venga con dosis renovados de ilusión, motivar y remotivar al desmotivado trabajador/a público/a, que está aburrido de estar siempre empezando y nunca acabando nada.

Ahora que suponemos que nos volverán a llamar para pedir informes de esto y de aquello, de cuántas personas trabajan en cada unidad administrativa, que nos demandarán los estados presupuestarios de 2011, y con mucha suerte, las obligaciones presupuestarias establecidas a futuro, en los poco conocidos gastos plurianuales...echaré de menos, aseguro a todo el que me quiera oír, que no nos preguntarán por nuestro modelo de gestión, o al menos, por aquellos proyectos internos de desarrollo de modelos de gestión administrativa donde no los hubiera (porque proyectos ilusionantes en el cajón de alguien que piensa y que permanece...siempre hay, aunque ya le hayan salido algunas manchas de moho o se haya acartonado.

Tal vez lo que siempre hecho de menos entre los que llegan a mandarnos sea su falta de conocimientos político-administrativos y mucho menos de la realidad institucional a la que se incorporan, sea un ayuntamiento, diputación, etc. Es verdad que no debieran ser licenciados en Derecho o licenciados en Ciencias Políticas obligatoriamente pero al menos, un cursillo intensivo de 2 semanas, sí que lo haría obligatorio para todos (ahora se va a poner de moda el MIR de los profesores...pues yo propongo el MIR de los políticos-gobernantes). De lo contrario, no se establecen nunca las bases de un lenguaje común, de un conocimiento básico de dónde aterrizan y de lo que tienen que hacer, incluso de lo que pueden o no pueden hacer (o no debieran...). Y con ello, la desconfianza entre políticos-gobernantes y funcionarios no deja de crecer según pasa el tiempo del mandato. Ahí dejo una primera propuesta, y me autopropongo para diseñar la acción formativa, que nadie piensa que escurro el bulto después de lanzar la pedrada.

Pero lo que tengo cada vez más claro es que su liderazgo en el orden de la gestión administrativa y en el establecimiento de un modelo a seguir, no debe ser sino demandante. Me explico. No es cuestión de que nos vengan a decir a los funcionarios que tenemos que emplear el modelo EFQM o el que sea. Se trata más bien de exigirnos un modelo de gestión si es que no lo tenemos, y si lo tenemos que lo utilicemos y lo perfeccionemos constantemente. Con ello podrán conseguir optimizar los cada vez más escasos recursos presupuestarios para utilizarlos en sus políticas públicas. Porque estoy seguro, muy seguro que cualquier modelo de gestión que sea seguido, cumplido y hasta amado por los funcionarios será capaz de dar grandes frutos en forma de mejoras palpables y demostrables en eficiencia, transparencia y seguridad jurídica.

Si comienza diciendo "ese modelo no me gusta..." entonces podemos dar por perdidos los 4 años de mandato, y seguiremos dejando enmohecer los planes, o pasando a la "clandestinidad" administrativa en cuanto a utilizar un modelo de gestión que no es "gustoso" para nuestro nuevo jefe/a político, pero que sabemos que evita descarrilar la maquinaria administrativa, es decir, que lo usamos pese a quien pese, aunque no confesemos públicamente que estamos reunidos semanalmente para impulsar nuestros grupos de trabajo de mejora de procesos. Por Dios bendito, ¡¡¡que hay palabros que ya no están de moda!!!


¿Qué podemos conseguir aplicando y adaptando estos modelos de gestión: racionalizar y reburocratizar las AAPP? Actualmente diseñadas desde la base de un modelo militar napoleónico, al menos en España, Francia y Alemania, no sirven para alcanzar la Visión que debiéramos proponernos. ¿Nos debemos adentrar en un proceso de implosión y regeneración completa, en una catarsis de lo público?

Propongo a continuación una relación de asuntos a tratar en alguien que comienza :
  • Servicios prestados: los qués.
  • Cómo se prestan: procedimiento administrativo y detalle de aplicación.
  • Quiénes: los funcionarioss o empresas contratadas.
  • Con qué recursos: los presupuestos públicos: tasas-precios-impuestos-etc.
  • Indicadores de gestión.
  • Indicadores de resultados.
  • Evaluaciones de programas públicos.
  • Auditorías de gestión de servicios públicos.


Detrás de un servicio público hay siempre un proceso aunque se diga o se piense lo contrario (una definición de proceso puede ser conjunto de tareas-actividades que procesan unos inputs utilizando recursos humanos -funcionarios-, económicos -presupuesto- y de conocimiento -las más de las veces expresadas en forma de aplicaciones informáticas más o menos complejas-  aplicando un procedimiento -de base legal o reglamentaria- para generar unos outputs). El problema fundamental en la mejora o incluso regeneración completa de los Servicios Públicos se encuentra en que la mayoría de los que trabajan en la AAPP no alcanzan a comprender los procesos en los que están incluidos, quieran o no quieran, negando la evidencia que nos muestran los avances en Ciencia de la Administración y Organización. La burocracia entendida al modo decimonónico es parte de nuestro paisaje diario entre los que trabajamos en AAPP, y cualquier mención a los procesos que están detrás suele ser ignorado e incluso vilependiado. Se obcecan en trabajar artesanalmente en pleno siglo XXI, donde la mecanización de los procesos en el sector Servicios y la interoperabilidad creciente entre Administraciones Públicas (siempre impulsado desde el reducto de los "técnócratas/tecnólogos") conduce a reducciones drásticas del tiempo de proceso, es decir, de prestación de servicio y a reducciones consiguientes en mano de obra, que tienen un claro aroma a lo que se vivió en pleno maquinismo en la Inglaterra de finales del XVIII y principios del XIX. Las inversiones en desarrollos de software se elevan desde porcentajes testimoniales a niveles que pueden alcanzar el 6% o incluso más.

No hay oposición posible a este cambio tecnológico en el modo de prestar los servicios públicos. Ningún funcionario/a puede demostrar a ningún ciudadano/a y mucho menos a ningún político/a implicado/a en la gestión diaria de sus asuntos, que lo hace mejor y más rápido sin aplicaciones informáticas. Mientras tanto, la desorientación, la confusión en cuanto a actividades a realizar, crece y crece sin que las jefaturas (principales beneficiadas de la simplificación operativa de los servicios públicos prestados en cuanto a la utilización de empleados públicos) tengan claro en qué reutilizar sus efectivos.


Por tanto, desde arriba y desde abajo hay numerosos obstáculos que requieren de un modelo, de una guía para la gestión diaria. Y para la definición del modelo recomiendo que comience con un planteamiento jurídico de por dónde nos movemos: la Ley (así en general), los principios constitucionales, el Estatuto del Empleado Público y los valores que pretende impulsar (igualdad, eficiencia, eficacia, mérito, capacidad, etc). Y ya a continuación hacer una recopilación detallada de aquellos servicios que prestamos actualmente y cómo los prestamos (llámanle algunos la Misión). Los servicios que prestaremos en el futuro y cómo los prestaremos (esos mismos le llaman laVisión).

Solapadamente he ido incluyendo términos de gestión, de Calidad. Sería ya el momento de elegir un modelo de gestión, o de adaptarlo. Los clásicos son: EFQM (modelo europeo de gestión de la calidad) y las normas ISO (la 9001 de calidad y  la14001 de medio ambiente son muy conocidas). Pero hay un larga lista a disposición de todos. EFQM...es un modelo sólido y contrastado pero en mi opinión de evaluador senior en la materia, la puntuación tergiversa el modelo...los resultados en el ámbito socio-político se miden de otra manera...de modo que creo no nos sirve como está. Hay que adaptarlo pero la base técnica es poderosa así como las innumerables experiencias positivas del sector privado. Las ISO son estupendas, racionalmente concebidas, pero chocan con el problema de la flexibilidad en su adaptación a las AAPP. Realmente lo que suele fallar para este último modelo suelen ser los auditores externos, pieza básica para conseguir tener una opinión ajena que le sirva al cargo político para contrastar la madurez del modelo aplicado o el grado de avance en la mejora continua. Digo que falla porque no hay suficientes auditores especializado en ISOs 9001 en Administración Pública. Hay pocos porque también el mercado es pequeño de tan minúsculo número de administraciones que estén realmente implicadas en aplicar este tipo de modelos.

Bastantes de mis compañeros de oficina no creen que sea necesario certificarse. Lo que consideran innecesario, incluso alguno ha llegado a comentar que ningún auditor externo le va a decir lo que tiene que hacer para mejorar. Es evidente que algo falla en la base cuando se cree ésto. Por una parte lo ya comentado de falta de auditores especializados en materia de administración pública, pero también sobra algo de soberbia en el planteamiento del funcionario. Siempre podemos aprender de los demás. Compartir conocimiento, compartir modos de hacer las cosas, experiencias, es realmente enriquecedor. Comienzan a desarrollarse las comunidades de práctica (un buen ejemplo en materia de contratación pública lo tenéis aquí http://www.contratacionpublicacp.com/   desarrollado mi amigo Guillermo Yáñez, ejemplo de funcionario activo y motivado). Es decir, desarrollar la auditoría interna entre distintos Servicios o Departamento es una alternativa barata y saludable, o incluso entre distintas Administraciones. El perfil de auditor de calidad en cualquier funcionario/a y en activo debiera ser un indicador claro de la motivación del mismo.

Pero incluso la auditoría externa (la pagada) es buena y de alto interés. De partida debo reconocer que es necesario contar con auditores externos reconocidos y experimentados, pero una vez conseguido el perfil necesario para el contrato, la sensación extraña en el estómago de los funcionarios que van a ser examinados en el proceso de certificación o de control periódico una vez certificados, es muestra de su idoneidad. Por unas semanas se hace limpieza general, toque de retreta o como lo quieran ustedes llamar, pero funciona, vaya que si funciona. Y eso sin contar con la lista de deberes que nos dejan impuesta, la mayoría de alto interés si la elección de auditor/a ha sido acertada.

Con ello, el desarrollo profesional del funcionariado  ya no queda en el aire, a la espera de que se desarrollen adecuadamente las leyes de Función Pública. Y esto es así porque se contempla como un todo la gestión de los servicios públicos. El artículo de Marco Antonio Robledo "D3D: hacia un nuevo paradigma empresarial" publicado en Harvard Deusto, nº 202 de junio de 2011, puede servirnos para introducirnos en una nueva fase de reflexión profunda de lo que deben ser las Administraciones Públicas.  Marco Antonio Robledo propone un nuevo paradigma, una teoría integral de la dirección de empresas basada en un modelo de empresa humanista, pluralista, posconvencional e integral que contribuya a desarrollar todo el potencial de las personas que trabajen en su seno. Nada impide trasladar su propuesta, convenientemente adaptada, al ámbito de lo Público.

Los modelos de gestión EFQM, o ISO9001, sirven precisamente para eso, para definir completamente la visión conjunta de qué estamos haciendo, qué deberíamos hacer, cuánto de eficientes somos, en qué direcciones podemos mejorar. No nos quedemos en los "palabros", ni en los prejuicios, ni en los resquemores de proyectos fallidos, ni mucho menos esperando que los "nuevos" nos digan cómo tenemos que hacer las cosas, porque éso es cosa nuestra.

domingo, 15 de mayo de 2011

Políticos y funcionarios (segunda parte)

No tenía pensado añadir una segunda parte al anterior post sobre Políticos y Funcionarios. Sin embargo, tras leerlo y repensar mucho el contenido anterior, me he decidido a darle continuidad al tema. Si en la primera parte incidía en la falta de legitimidad de los funcionarios para participar en debates generales sobre el futuro de cualquier órgano de una Administración Pública, y también en el pecado del corporativismo, en esta segunda parte me mueve más la clarificación de las relaciones entre políticos y funcionarios (altos y medios funcionarios en realidad) y denunciar, de paso, la descomposición de esa relación.

La ola neoliberal, que yo llamaría "tsunami neoliberal" de tan fuerte y destructiva como está siendo para el común de los mortales, tiene un aspecto muy significativo que siempre aparece como bandera de enganche para los ciudadanos exigentes en lo privado y entre sumisos y mudos en el momento de dar la cara, de "activarse" (ahora lo llaman indignarse en Francia) social y políticamente: la crítica destructiva al Estado del Bienestar, y sobre todo, la crítica hacia el estamento del funcionariado público. Ya ven ustedes que yo mismo reconozco que es un estamento, y que conlleva algunos o incluso bastantes privilegios. Sobre nosotros (yo también soy funcionario) llevan cayendo toda clase de improperios y acusaciones grandilocuentes, y en mi opinión sesgadamente intencionadas hacia lo negativo, escondiendo, no mencionando nunca lo bueno, que para algunos no existe bajo ningún concepto.

Quizá la crítica más destructiva y envenenada, torticeramente calculada, es la de aquellos políticos que acceden al poder tras concurrir a unas elecciones legislativas, o peor aún, sin concurrir, pero siendo llamados por el partido ganador responsable de la gestión del Estado, Autonomía o Municipio, y que deciden sin el menor recato, prescindir de cualquier relación político-laboral con el funcionariado que depende orgánicamente de ellos. Es decir, asistimos a una sentencia sin juicio previo, sin garantías de ningún tipo. Simplemente nos han condenado basándose en una ideología que no cree en lo público, ni en la regulación de los excesos del mercado, ni prácticamente en nada, salvo en la acumulación de bienes por las élites más poderosas (algún día hablaré de la visión de Marx, su aparente error en su pronóstico de concentración del capitalismo, y en cómo entrados en el siglo XXI, sus "profecías" parecen que empiezan a cumplirse). Incluso peor aún, políticos "independientes" que buscan su lucro personal, aumentar su clientela, su directorio de contactos...vamos, seguir aquella pasaje del Evangelio donde el mayordomo infiel abusaba en sus últimos momentos de su poder para "hacer amigos".

Esa falta de liderazgo político-laboral que nos inunda en los distintos niveles administrativos del Estado, Autonomía o Municipio, se traduce en una gran desconfianza sobre lo que el funcionariado hace o no hace, creando dudas sobre su compromiso con la institución en la que trabaja, insistiendo en la parte mala que aflora ante la ciudadanía, con la intención torticera de ganársela, de crear "mal ambiente" entre unos y otros, sin la menor intención de mover un solo músculo, ni una sola neurona en intentar conocer mejor qué está dirigiendo, con qué equipo humano cuenta, qué problemas tienen, qué virtudes, quién trabaja y quién se escaquea. No, amables lectore/as, no, eso es mucho esfuerzo, y como realmente hay una gran mayoría que lo único que desea es no desgastarse en arreglar algo que ningún precedente ha arreglado o que incluso ha degradado o "averiado" aún más con sus actuaciones inconexas, o peor aún, que desea fervientemente quitarse de enmedio a "testigos" de sus "afanes", por llamarlo de alguna manera, la situación empeora año tras año.

Hay en mi opinión una voluntad no manifestada claramente de destruir las bases de la Adminstración Pública, que tanto costó llevar adelante en el siglo XIX: cuerpos de funcionarios con acceso por mérito y capacidad (oposiciones libres, públicas y limpias) y que en contrapartida tienen derecho al cargo, o traducido al lenguaje de hoy, la permanencia como funcionario/a contra viento y marea, venga quien venga a gobernarnos. Se quieren olvidar las tristes décadas de las cesantías de funcionarios, en las que quien llegaba allí, sabiendo que saldría con su mentor político, aprovechaba el cargo tanto como pudiera. Al final, la cosa pública quedaba dañada irremediablemente, puesto que nadie, absolutamente cargaba con ninguna responsabilidad, ni se mantenía ninguna continuidad de actuaciones. Se olvidan de todo eso, y lo hacen conscinetemente en mi opinión. Hay mala intención.

Esto se une a una conversación o pequeño debate que tuvimos unos compañeros motivados con el cambio organizacional. Uno de ellos, con gran experiencia, nos venía a decir, "que quede claro que yo vengo a trabajar aquí [la Administración] por mí, no por los ciudadanos, ni por Bizkaia, y creo que los demás piensan igual". Me sorprendió, no me lo esperaba de él, y creo que no ha conseguido engañarme, si es que lo pretendía, que más bien pienso que intentaba crear polémica, debate y confrontación de ideas y pareceres. No encaja con todo lo que ha hecho en la Administración y por Bizkaia en su larga trayectoria laboral. Es el ejemplo claro de todo lo contrario. Yo creo que también estoy en el mismo bloque de funcionario/as implicados en mejorar la Administración, pero el impacto de sus palabras me movió a reflexionar sobre la motivación del funcionariado.

Sí, surgen grandes preguntas: ¿por qué vengo a trabajar?,¿por qué no cambio de trabajo si me siento tan desmotivado ante la desidia de nuestros políticos respecto a la cosa pública?¿Creo en Bizkaia y en su futuro, en "lo nuestro" como gran colectivo de millón y pico de ciudadanos que conviven en un marco geográfico, social, económico y político determinado, o simplemente me da igual? ¿Pero es Bizkaia lo que acabo de describir? ¿Quién representa a los vizcaino/as, los junteros, el Diputado General de Bizkaia...?¿Sólo ellos?¿Nadie más?

Han visto como mis preguntas han ido derivando desde mi yo hacia un yo colectivo. Es más, ¿quién representa la voluntad de un pueblo? El gran debate entre democracia parlamentaria-representativa y democracia participativa está en el núcleo del debate, y además en la posible solución al problema de la Administración Pública. Nos afecta a los funcionarios, sin duda, porque queda claro que sin funcionarios no hay continuidad en el vaivén político, que la privatización no es la solución, que es un engaño gigantesco que conduce a corruptelas, mafias económicas, oligopolios y finalmente a dictaduras donde se mezcla todo en beneficio de una élite alejada de la sociedad a la que teóricamente representa.

Sin embargo, cualquier avance en democracia participativa está frenada por los propios partidos políticos mayoritarios, que verían amenazada su labor. La partitocracia lo ha inundado todo, salvo, y por ahora, la Administración Pública,  donde el funcionariado resiste a duras penas, y con una creciente desmotivación por falta de liderazgo.

¿Podemos nosotros mismos tomar el control de nuestro destino? ¿Estamos legitimados para ello? Mi respuesta es que sí, que frente a nuestra falta de legitimidad para definir el qué hacemos o debemos hacer, tenemos total y absoluta legitimidad e incluso me atrevería a decir que obligación de renovar y modernizar las Administraciones Públicas en las que trabajamos. No hay excusas, no hace falta autonomía...estamos hablando del cómo se hacen los qués, y ese es nuestro terreno, un terreno en el que tenemos que mejorar mucho, mucho, mucho. Nos falta metodología, nos falta interiorizar el concepto de cliente-ciudadano, el concepto de cliente-funcionario, cliente-otra_administración, reforzar la interoperabilidad, simplificar, aumentar los controles, medir nuestro rendimiento, evaluar lo que hacemos, pero sobre todo, renovar nuestro orgullo sobre el trabajo bien hecho y el cumplimiento de lo legislado, que nos guste o no nos guste procede de Parlamentos o Ayuntamientos donde los elegidos por el pueblo (con mayor o menor exactitud respecto a lo que realmente hemos votado) toman decisiones por mayoría.

El objetivo es demostrar a nuestros conciudadano/as y a nosotros mismos que el ámbito de lo público está en buenas manos, las mejores, las más eficaces y eficientes, y que lo que decidan a través de sus representantes se ejecutará profesionalmente, rindiendo cuentas de cada minuto de jornada laboral y de cada euro necesitado para ello. Un gran desafío se abre en nuestros destinos, todo lo demás son cuentos de la buena pipa.

domingo, 3 de abril de 2011

Funcionarios y políticos

Venía paseando hace pocos días con un compañero, en uno de esos periodos de tiempo que ahora se llaman oficialmente “PAUSA JORNADA” en nuestro maravilloso sistema de control de presencia (fíjese la persona lectora en el determinativo asociado a la palabra control), cuando surgió de nuevo el tema de nuestra participación en la definición de los objetivos de nuestro departamento. De entrada suena bien, a mí así me lo parece. En cualquier caso, debo confesar que algo en mi interior no está de acuerdo completamente.


Como muchos otros ciudadanos, me encuentro en el grupo de los que no nacieron en un periodo democrático, ni tan siquiera considero que haya vivido en una sociedad profundamente democrática, en la que hablar claro y alto sobre lo que pensaras de esto o aquello, sin temas tabúes de ningún tipo, podía conducirte al cementerio en casos extremos. Realmente conoces las sociedades en las que vives regularmente. Al menos no soy de los que creen a pies juntillas lo que les dicen los viajeros de quinces días o incluso de un mes cuando vuelven narrando “maravillas” o “decepciones” de los lugares que han visto. Y me tengo que remitir tan sólo al verbo ver, muy alejado del de “conocer” o incluso “vivir”.

Así que partiendo de la premisa de que sólo conozco esta sociedad (la vizcaina) y un poco menos la vasca y un poquito menos la española en general, me tengo que limitar a afirmar que la media de la cultura democrática y participativa de la ciudadanía está muy marcada por los hechos históricos y sociales que han vivido en los úlitmos 35 años. Los menores de 18 años lo verán de otro modo, porque lo habrán vivido en otras circunstancias. Si estoy insistiendo tanto en este aspecto es porque realmente creo en la participación ciudadana en la actividad política de base, además por supuesto de en las diversas actividades sociales y culturales.

Pero no es el momento de entrar en el debate de democracia participativa sí, democracia participativa no. Esa promesa que les hice aún está sin cumplir, y mis comentarios al maravilloso libro de Ramón Soriano y Luis de la Rasilla “Democracia vergonzante y ciudadanos de perfil”, siguen pendientes de una redacción clara para incorporar a uno de mis posts en este blog. Sentada y reafirmada mi vocación democrática y participativa, tengo ahora que pasar a la zona de los “peros”…

Efectivamente, tengo algún reparo que contarles, que se encuentra en lo que llamo oportunidad del lugar y del rol. No es cuestión del momento, que casi siempre considero que será oportuno. No, más bien se trata de nuestro rol social cuando participamos y de cómo podemos alterar profundamente la calidad democrática de nuestras opiniones al sobreponderar nuestra capacidad de influencia neta sobre el proceso deliberativo. Por ejemplo, analicemos el caso de nuestra participación como funcionario/as en ese debate sobre objetivos del departamento, del ministerio, del ayuntamiento… Veamos los pros y los contras.

Parece evidente que la principal ventaja de nuestra participación podría ser el conocimiento de los sectores económicos y sociales en los que nos movemos a diario, sobre todo si el funcionario en cuestión tiene una relación directa, o “de peso”, en la gestión de los diversos programas públicos, servicios públicos o control y evaluación de convenios. Si además tiene bastantes “trienios” en su nómina, es indiscutible que debería haber acumulado mucha experiencia, además de ser consciente de la constante evolución de la sociedad a la que sirve. Intento encontrar alguna otra ventaja y debo ser sincero, me empiezan a asaltar las desventajas, ennegreciendo el paisaje. Pasemos pues a enumerar alguna de ellas.

Quizá la peor de todas y para la que no tengo una solución a corto plazo, sea el corporativismo. Ser arte y parte en lenguaje vulgar tiene difícil solución. En cualquier debate en el que aparezca un funcionario defendiendo la actividad pública o promoviendo políticas públicas en las que va a tomar parte directa, pierde parte de credibilidad, y mucho más en estos tiempos duros del neoliberalismo a ultranza, con lo público cuestionado constantemente. La cercanía al poder político ejecutivo puede ser otra desventaja importante. Conocemos demasiado de cerca los entresijos de la elaboración y aprobación de políticas públicas como para no saber influir sobre ellas, las más de las veces en forma de reglamentos que ya no pasan por el filtro de la democracia parlamentaria y muchísimo menos de la democracia participativa. Para ello falta abrir muchísimo más la gestión administrativa pública al escrutinio de la sociedad. Los defensores del pueblo, arartekos y similares, aún están a años-luz de disponer de herramientas de control de la gestión administrativa que sean eficaces, y que nos hagan poner las pilas “permanentemente” al funcionariado. Se utiliza demasiado, a mi parecer, en control político, que es cierto que influye y mucho en la gestión, pero se utiliza poco para poner “coloraos” a los funcionarios “baguettes” que todavía pululan por los edificios administrativos de este país.

Pero aún me queda por aportar la opinión más contundente y que puede dar lugar al mayor y más acalorado debate que haya podido nunca surgir en este blog: la legitimidad del funcionariado para tomar parte en ese debate de objetivos. ¿Qué legitimidad tenemos en un debate político? En mi opinión la del ciudadano, por supuesto. Ni más ni menos, la más importante. Creo que es incuestionable. Pero…¿podemos tener doble rol de ciudadanos y de funcionarios en ese debate dentro de un departamento, ayuntamiento o ministerio? Rotundamente no. No es el lugar para actuar como ciudadanos dentro, y por tanto, no deberíamos actuar como funcionarios, puesto que abusaríamos de nuestra especial condición social. Seríamos unos privilegiados. No es el lugar, así de claro y así de fácil.

Es más, concluyo…si yo fuera un alto cargo político y alguien me pidiera participar en un debate sobre objetivos le diría amablemente y con una sonrisa de oreja a oreja que creara un partido político, que realizara ese debate, que se presentara a las elecciones de turno dando a conocer al resto de ciudadanos su programa al efecto y que les convenciera consiguiendo su voto para hacerle llegar al gobierno de turno. No puede haber puerta de atrás. Si estamos en contra de los lobbies y de su capacidad de influencia sobre nuestros gobernantes, y para eso pedimos y exigimos mayores niveles de democracia participativa, mayor transparencia en la deliberación política y de paso, mayor eficiencia en la gestión administrativa, no podemos ponernos “la visera y los manguitos” para llevar a cabo prácticas similares a las que denunciamos, aunque sea con la mejor de las intenciones, algo que no discuto ni pongo en tela de juicio de ninguna manera.

Finalmente, para intentar cumplir con el objetivo práctico de este blog, quiero aportar alguna solución práctica al debate que nos ocupa. Si el tema en este lugar no es el correcto, al menos podemos retomar una buena parte del mismo para debatirlo con toda la legitimidad ganada como funcionarios: la modernizacion administrativa y el servicio público frente a la ola de neoliberamismo irracional que nos invade. Creo que olvidamos muchas veces la razón de ser de nuestros puestos de trabajo y quedamos desconectados de la realidad social en la que vivimos. Si no somos capaces de reconocer abiertamente en un vagón de metro silencioso, lleno hasta la bandera de gente, que “soy funcionario/a y me siento orgulloso del trabajo que realizo”, querrá decir que el camino para mejorar nosotros mismos es aún muy, muy largo, y donde podemos y debemos ocuparnos al ciento por ciento. No hay tiempo para el aburrimiento.

La Sociedad nos lo demanda a gritos. Adelante y al tajo!

viernes, 4 de marzo de 2011

Vuelve la esclavitud...?

Pues parece que sí, que ya es algo que empieza a olerse en el ambiente. Ante todo, perdonen mis seguidores y seguidoras, que haya alargado tanto en el tiempo la publicación de un nuevo post. Temas de los que hablar y criticar en materia de Política y Gestión Pública ha habido muchos en estos dos meses de forzado silencio, pero al fin llegué. No se asusten, que no nadie me ha amenazado con liquidarme si seguía criticando "inorportunamente". No es el caso, al menos por ahora disfruto plenamente del ejercicio de mi derecho a la libertad de expresión.


Tal vez les intrigue un poquito el hecho de que haya titulado el post de esa manera, con referencias al concepto de esclavitud, y mucho más en los comienzos del tercer milenio. Poco a poco iré acercándome a la explicación del título de este post. Empezaré con un recorte de prensa que tengo sobre mi mesa desde hace al menos 3 semanas. Se titula "La vicepresidenta vuelve a negarse a que la entrega del piso salde la deuda hipotecaria", y se refiere, para quien no lo recuerde o no lo sepa, a la vicepresidenta del Gobierno central,Elena Salgado. Nos dice que esa medida perjudicaría al sector financiero...

De entrada, la justificación aportada no es muy afortunada, al menos para los que seguimos los medios de comunicación con cierta regularidad. Bueno,me dirán algunos, es lo que realmente piensa, ha sido sincera. Otros me dirán que además lo dice, aunque no le guste, para calmar a "los mercados financieros globales", el auténtico poder en los tiempos actuales, en este mundo globalizado neoliberal. Pero desde luego, lo que pocos pueden negarme es que poco tiene de socialista esa opinión. Ay si Pablo Iglesias levantara la cabeza...!!! Cogería una escoba de hierro y comenzaría a barrer y a barrer y a barrer. La verdad es que lo de la escoba es poco original, lo reconozco, pero es que difícilmente puedes representar visualmente nada mejor para describir lo que siento cuando oigo esas expresiones, y sobre todo cuando no oigo (al menos no lo han incluido los periodistas en el artículo de prena) nada relacionado con los sufrimientos de la gente que les vota o que no les vota, con el ciudadano/a de a pie, y sobre todo del que tiene una hipoteca, se encuentra en el paro y no puede pagar su deuda aunque lo desee con todas sus fuerzas.

De pasada, y aprovechando mis reciéntemente adquiridas competencias en materia de inteligencia emocional (al menos lo que dan 5 horas de cursillo para aprender algo), puedo concluir que esa frialdad expositiva de la Vicepresidenta no la ayuda a mejorar su popularidad y mucho menos a que confiemos en que nos ayudará a resolver nuestros problemas si acabamos en la lista de morosos, con una deuda permanente con la entidad bancaria.

Y es que la deuda de muchos españolitos y españolitas, la deuda que procede de la compra de sus pisos, gracias a una hipoteca pactada con una entidad bancaria o con varias, debiera de tratarse como un pacto entre comprador y entidad bancaria, en la que el banco, el experto en estas lides, fija un precio "real de mercado". Olvidamos siempre añadir a esta justificación, que se trata de una tasación en un momento determinado, a fecha y hora concretos, con unas condiciones de mercado determinadas, y que sabemos que van a ser dinámicas, que van a variar en un sentido o en otro, casi siempre para subir de precio del bien, pero que podría ocurrir que fuera para no subir, sino bajar como es el caso actual. No podemos olvidar también a todos los inversores "ocasionales" en vivienda, que se lanzaron a la compra-venta de pisos, al calor de la burbuja inmobiliaria que hemos vivido. También ellos se han arruinado o al menos ahí están esperando a desprenderse de ese piso en Costa X, y que nadie quiere ya comprarles ni siquiera al precio que pagaron por él hace unos años.

El problema que tenemos ahora es determinar quién tiene que pagar los platos rotos. No es más que éso, así de simple. Los especuladores inmobiliarios ya están pagando, entrampados, con bienes que no quieren, con obras a medio concluir en las que no quieren meter ni un duro, o con roturas de contratos leoninas en las que han perdido hasta la camisa. Pero ahora quedan los demás, el sector bancario y los ciudadanos corrientes hipotecados. Lo que nos dice la Ley Hipotecaria es que no nos vale con dejar el piso al banco y cancelo la deuda y renazco de mis cenizas como Avez Fenix...Al parecer era una leyenda urbana, y yo, y muchísimos más junto a mí, sin saberlo. ¡Cuánta ignorancia acumulada! Ahora nos despertamos de nuestro autoengaño y descubrimos que otra leyenda urbana era falsa: los pisos siempre suben...Demasiado para nuestros cuerpecitos mortales...Los pisos se comportan como las manzanas, sujetos a la gravedad de la Tierra...también bajan, y con lo que pesan, te aplastan sin remedio.

Si seguimos analizando las consecuencias que tiene la Ley Hipotecaria actual, podríamos concluir que si me embargan el piso, y aún así sigo con deuda, parcialmente cancelada eso sí, el banco estará esperando a que genere ahorro sufieiente para cancelarla. Es decir, que estará como cuervo carroñero esperándome con su agudo pico para sacarme de mis entrañas el vil metal, la pasta gansa que me he ahorrado con mucho sacrificio. Lo que ya no tengo tan claro es que pasa con los intereses. No me creo yo que no se vayan acumulando, y habida cuenta de lo dificilísimo que es ahorrar en los tiempos que corren, suponiendo además que tengas un buen empleo, prácticamente tu sino en lo que te quede de vida es vivir debajo de un puente, lavar la ropa en un río contaminado y comer gratis de la Caridad, mientras tu sueldo íntegro se lo lleva el banco para pagar parte de los intereses acumulados, porque el principal...uyyy el principal...¿sabe alguien si es posible amortizarlo en el Paraíso? Porque nos lo habremos ganado, ya lo creo que nos lo habremos ganado.

Díganme entonces si lo que describo,y que empieza a ser real para algunos de nuestros conciudadanos, no se asemeja a una vuelta a la esclavitud de la Antigüedad. Podías llegar a ser esclavo por perder una guerra de defensiva frente a los invasores romanos, griegos, egipcios, persas...daba igual. Te invadían, perdías y te convertías en esclavo para siempre. Pero otra forma de entrar en la esclavitud era no pagar tus deudas. Se puede leer en los Evangelios..."lo metió en la cárcel hasta que le pagara lo que le debía". Sólo faltaría que nos metieran en la cárcel por no saldar la deuda. Pero todo se andará si no nos enfrentamos con firmeza a esta ola de neoliberales avariciosos que no quieren aceptar que tienen gran parte de culpa en lo que está pasando. Su codicia no tuvo límites, y aún siguen en esa misma línea, mientras los ciudadanos miramos a otra parte cuando oímos que alguien se ha quedado sin piso y además con parte de la deuda inicial, desproporcionada la mayoría de las veces, teniendo en cuenta lo hinchado de los precios del mercado inmobiliario de hace 5 años.

Quedan esclavizados de por vida, y sin embargo, la otra parte activa en la locura que se desencadenó en este país, convence a nuestros políticos que sería malo para ellos, que "les perjudicaría". ¡Qué vergüenza señores y señoras! Son capaces de esclavizar a medio país para conseguir sanear sus balances. Y mientras tanto el Gobierno cohibido, asustado, sin implantar una solución justa, porque de eso hablamos, de justicia redistributiva, de que cada uno pague por lo que hizo. Unos por unirse a la espiral inflacionaria en los precios de los pisos, cambiándose de vivienda con una alegría desmedida, sin reflexionar sobre lo que podía ocurrir, sin moderarse, y los otros, sin advertirnos de que esas subidas desproporcionadas normalmente no traen nada bueno, que podía ocurrir lo que ha ocurrido, y que entonces, aplicarían determinado artículo de la Ley Hipotecaría y les pondrían unos grilletes en las muñecas para siempre.

Este desaguisado lo tienen que pagar unos y otros, y en otros incluyo a los bancos. También los bancos; ellos tienen que desprenderse de una vez de los activos dañados, sanear sus balances de una vez por todas, declarando las pérdidas de valor las garantías hipotecarias y liberándose del lastre que les está hundiendo. Los que peor lo gestionaron desaparecerán definitivamente, pero cuánto mejor!!! Porque no estaban preparados para ejercer su actividad económica y financiera de una menera responsable. No se merecen ni un euro de dinero público para rescatarles. Que se vayan al infierno de una vez, y que dejen de esclavizarnos.

Y un aviso final a navegantes políticos de izquierdas: si nos olvidamos de nuestros valores, de nuestros principios puede que nadie reconozca el logo del partido cuando vaya a votar. Os habréis convertido en unos auténticos desconocidos. Si ellos destrozaron la economía española, que se hundan para siempre. Ni un flotador más, ni uno!



PD. Para otro post dejo algunas otras ideas contra-neoliberales: nacionalizar los pisos embargados? A que suena bien...