lunes, 2 de febrero de 2015

Esto no es un "club", señor Montoro.

Al escucharle decir eso (que Europa es un club)  en el resumen de noticias de las 8 de la noche en la SER, me ha molestado tanto que he tenido que ponerme delante de la pantalla del ordenador y abrir una nueva entrada donde poder desahogarme.

Es evidente que los movimientos sociales y políticos en el Sur de Europa están empezando a hacer mella en el conglomerado de poder político-económico que va abarca el eje B-B, Business-to-Business, o también Berlín-Bruselas. El nerviosismo se extiende por los despachos de las grandes corporaciones y sus delegaciones políticas, antiguamente conocidas como Ministerios. A los ocupantes de los primeros, los que realmente mandan, porque quieren seguir mandando, y a los segundos, porque no quieren perder un retiro dorado que se están ganando a pulso, obedeciendo las consignas de sus jefes en la sombra, de quienes realmente les pagarán sus futuros sueldos y pensiones. Son puestos de trabajo con "sueldo o mercedes en diferido", extraña figura que poco a poco se ha incorporando al imaginario político europeo, sobre todo español, con independencia de cuál sea la comunidad autónoma o ente municipal que queramos considerar.

También es meridianamente obvio que al Sr Ministro Montoro le ha traicionado de nuevo el subconsciente porque tiene muy claro que ese club existe, pero no formado por estados libres e independientes, unidos por mutuo interés para formar lo que conocemos como Unión Europea, y dentro de ella la menos conocida o quizá inteligible Unión Económica y Monetaria. Ese club está formado por quienes han conseguido hacerse con el poder político europeo, imponiendo una forma de hacer política, con unos objetivos realmente alejados de la mayoría de la ciudadanía europea y de lo que se conoce como Estados del Bienestar europeos. Es un "club" de personas poderosas, no de países, algo que debe quedar muy claro para todo aquella persona que piense que lo que ha ocurrido en Grecia es un disparate político que sólo va a traer desgracia a los griegos, y confusión y caos en el resto de Europa, y con ello, la misera extendida a toda la ciudadanía europea, empezando por los más débiles.

Nos dice el Sr Ministro Montoro que cualquiera no puede venir desde un país (le ha faltado indicar que periférico y de poca monta, de poco importancia, con poco "caché") y por ganar las elecciones pretender cambiar las reglas que nos hemos dado todos. Y ambas cosas no son ciertas. No es cierto que no se puedan cambiar las reglas, faltaría más, que como poco, no se pudiera plantear democráticamente un cambio de las mismas, y mucho menos es cierto que esas reglas nos las hayamos dado todos. De nuevo confunde el Sr. Ministro las decisiones tomadas por los de "su" club, con las decisiones tomadas por todos los ciudadanos europeos en unas elecciones democráticas para conformar un Parlamento Europeo en el que se eligiera un gobierno europeo, con una Comisión plenamente democrática y sujeta a todos los controles que cualquier parlamento nacional impone a su propio gobierno. Es una falacia creer que esas reglas nos las hemos dado entre todos los europeos.

Por esa misma razón, el nuevo gobierno griego no reconoce a la Troika. Y hace bien, porque quien debería convertirse en interlocutor entre los socios europeos y los griegos debiera ser el propio Parlamento Europeo, que con tan pocos recursos políticos se ve limitado, y continúan limitándole aún más, siendo testigo impotente de los manejos de ese "club" de poderosos plutócratas europeos, o más bien cosmopolitas, una vez que sus fortunas gozan de la nueva propiedad de la ubicuidad, extendido el concepto a bienes en lugar de sólo a personas.

Claro que podemos cambiar las reglas, y espero sinceramente que la ciudadanía reaccione y compruebe con el ejemplo griego que se puede decir que no, que hay otro modo de hacer las cosas, otro modo de elaborar políticas sociales y económicas y que otro mundo es posible.

Como es habitual en este blog, debo terminar con alguna o varias propuestas. En esta ocasión, mi única propuesta pasa solicitar el adelanto de las elecciones generales al mes de mayo, coincidiendo con las autonómicas y locales. De cambiarlo, lo cambiamos ya y nos dejamos de alargar este asunto hasta que se pudra en los medios de comunicación que tanto ladran en contra de Podemos. Porque si no existiera Podemos surgiría SanQueremos, o no?